viernes, 16 de noviembre de 2007

Memoria histórica, Ian Gibson y Lorca

Sigo con una de mis obsesiones: la memoria histórica y el caso de Lorca. Como el tema ha dado que hablar os traigo aquí extractos de una entrevista que en su día le hice al hispanista Ian Gibson, máximo especialista sobre el poeta granadino. A lo mejor os aclara algo. O no.

Gibson: "La familia de Lorca no tiene derecho a impedir que se busquen sus restos"

El hispanista más famoso y el que más sabe y nos hizo saber sobre Lorca, Ian Gibson (Dublín, 1930), se apasiona, se moja políticamente y vuelve, como siempre, a su amado poeta granadino, cuya voz sueña con poder oír algún día.
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PREGUNTA.- España sigue teniendo a Lorca tirado en una cuneta.

RESPUESTA.- Sí, eso es fuerte. Durante la dictadura de Franco, los ganadores y sus herederos tuvieron tiempo para desenterrar a sus muertos y lo hicieron. Ahora es el momento de que lo hagan los perdedores.No con guerracivilismo, sino con justicia. En el caso de Lorca, espero que se busquen sus restos. Es el poeta español más traducido de todos los tiempos, el gran embajador de España en el mundo, millones de personas saben algo de este país gracias a Lorca.Creo que el Estado tiene la obligación moral de buscar sus restos, para que al menos sepamos dónde están, porque hay miles de versiones, de bulos y de tonterías.

P.- ¿Por qué la familia no quiere exhumar sus restos?

R.- Hay mil explicaciones, pero no sé la respuesta. Algunos dicen que porque no están allí, porque lo sacaron y lo enterraron en la Huerta de San Vicente o en Nerja. Son bulos, y eso no es bueno ni para la familia ni para el poeta. A Fuente Vaqueros han ido ocho millones de seres humanos: la gente ama a Lorca y quiere saber dónde está y la familia no tiene derecho a impedirlo. Me parece incorrecto. Espero que se haga. Estoy bastante cansado del tema, porque no sé por qué el Estado no asume su responsabilidad.

P.- ¿Por qué cree que nadie le ha tomado el relevo en las investigaciones lorquianas?

R.- Hay gente, sí la hay, gente joven. En el caso de Lorca es difícil hacer otra biografía por el momento. Pero los grandes poetas suelen tener unas diez biografías. Byron tiene 15. No soy el poseedor de toda la verdad sobre Lorca, vendrán otros.Hay gente nueva, jóvenes historiadores. Muy pronto, los hispanistas no harán falta, porque España tendrá a su propia gente.

P.- ¿Quedan elementos por saber de Lorca?

R.- Muchísimos. Con la diáspora de la Guerra Civil, muchos amigos suyos murieron en el exilio, con muchos papeles. Hay archivos todavía no investigados. En el caso de un genio como él, cualquier papelito puede ser una revelación, porque un año en su vida equivale a cuatro en las personas normales.

P.- ¿Aparecerá su voz?

R.- No me quiero morir sin oír la voz de Lorca, me dolería mucho. Si hay un más allá, que no lo sé, espero escuchar su voz y conocerlo en persona. Mientras eso llega, creo que se puede encontrar en Buenos Aires, porque tuvo una etapa triunfal y cada noche recitaba en la radio.
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Publicado en El Mundo el 16 de enero de 2007


4 comentarios:

Jesús Chacón dijo...

Qué tema más delicado este. No termino de verlo claro, porque, por un lado, el derecho de los familiares de las víctimas que cayeron junto a Federico García Lorca no se puede ni debe negar, eso está claro. Pero, por otro, me puede la razón que Marguerite Yourcenar escribió en una carta a Isabel García Lorca, con la idea de que –no tengo las palabras exactas– qué mejor tumba para un gran poeta que ésta, que la autora de ‘Memorias de Adriano’ veía como el retorno a la madre tierra de un poeta tan profundamente ligado a ella, tan telúrico, como Lorca. Es complejo todo esto. Creo que la familia Lorca lo que puede tener es un pánico atroz al morbo universal que puede generar la exhumación de los restos del poeta, y quiere evitarlo a toda costa. Por otra parte, hay miles (¿millones?) de personas que alguna vez en su vida ha pasado por Aynadamar, en Alfacar, o el barranco de Víznar en peregrinación lorquiana, entre quienes me incluyo. Allí fue donde cayó el poeta junto a sus compañeros de muerte.
La significación de Federico García Lorca es lo suficientemente poderosa como para convertir el lugar donde yacen sus restos en símbolo contra el fascismo y contra todo ejercicio de la violencia a nivel universal. Una poderosa advertencia sobre lo que nunca debe volver a repetirse, en ningún lugar del mundo ni con ninguna persona. Para eso, también, debe servir la "memoria histórica" ¿verdad? Quiero decir, yo no vería mal que los restos del poeta no se movieran de donde llevan 71 años. También vería bien que una lápida recordara los nombres de quienes yacen con Lorca, y habría que utilizar toda la tecnología necesaria para certificar que efectivamente los cuerpos están allí y que, efectivamente, son de quienes todos –después de Gibson– suponemos que son: Federico García Lorca, Joaquín Arcoyas Cabezas, Francisco Galadí Melgar y Dióscoro Galindo González. Para ello se tendrían que implicar las administraciones del Estado. Claro que aquí radica el conflicto entre la memoria pública (Lorca y los albaceas de su legado, en este caso la familia) y la memoria privada, la íntima dimensión de quienes quieren, por fin, dotar a sus antepasados de la dignidad que les robaron.
Esto, en cualquier caso, es ni más ni menos que una opinión bloguera. La solución al conflicto entre las dos memorias, pública y privada, que suscita esta trágica historia de nuestra guerra civil, solo está en manos de la Justicia, y de las administraciones públicas y su servicio a los ciudadanos. Entre ellos se encuentran los familiares de los asesinados en las cunetas y los barrancos, con quienes los políticos y el poder judicial están condenados a entenderse.

Jesús Chacón dijo...

Marín, al final me he calentao...

Andrés dijo...

Jesús, tienes razón, es un tema delicado, y lo explicas francamente bien. Pero, sinceramente, creo que algo hay que hacer. Sobre todo, saber si realmente está allí o no. Supongo que se pueden buscar fórmulas que eviten el morbo

Anónimo dijo...

A mi modo de ver la familia Lorca no tiene la más mínima competencia al respecto, sencilla y llanamente por que la supuesta fosa con los restos de Lorca se encuentra en un terreno público, un lugar no habilitado para enterramientos y por lo tanto, ilegal. Creo que en cualquier momento las autoridades competentes pueden (y deben) abrir la fosa y recuperar los cuerpos y una vez identificados entregarlos a sus familias, y entonces, cuando unos restos anonimos en un suelo de dominio público se identifican con nombre y apellidos y se entregan a sus descendientes si que les compete a sus familiares que hacer o no con ellos. Desde luego la postura prepotente con la que actua esta familia respecto a las demas que tienen a sus familiares alli enterrados no hace sino aumentar las habladurías que en torno a Lorca y su muerte se han escuchado.