lunes, 29 de diciembre de 2008

De moda

El Obispado de Huelva no acudió ayer a la madrileña plaza de Colón a participar en la denominada Misa de la Familia que había convocado el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela. De Andalucía tampoco fueron los de Málaga y Almería, aunque todos animaron a sus fieles a que acudieran «libre y voluntariamente» a la que acabó siendo una multitudinaria cita. Extraña, de entrada, estas ausencias en uno de los días grandes del jefe de la Iglesia española, aunque, para que no haya dudas, habrá que preguntar a sus responsables por los motivos de su no asistencia a un encuentro en defensa de algo que los líderes católicos creen en peligro: la familia. Así, en abstracto. Con todo, siempre he tenido la impresión personal de que Rouco Varela separa más que une, aunque, como digo, esto no deja de ser una percepción que no tiene por qué estar relacionada con la ausencia de algunos obispos en la misa de ayer. O sí. Habrá que preguntarlo, ya digo. En la eucaristía, el cardenal arzobispo de Madrid habló de modas, que, a lo que se ve, es un tema que domina. Dijo, por ejemplo, que «es posible vivir el matrimonio de forma distinta a lo que está de moda». ¿Qué es lo que está de moda? Sin duda, el matrimonio convencional, que sigue ganando por goleada a aquellas otras uniones que la Iglesia detesta y considera un verdadero peligro para la humanidad. Aseguró también Rouco, sin duda como experto, que el matrimonio cristiano es el que responde a «las exigencias más hondas y auténticas del amor», como si las demás uniones estuvieran únicamente movidas por intereses económicos o de otra índole aún más oscura. Estas tremendas generalizaciones no pueden más que conducir a enormes injusticias. Rouco concluyo su homilía con otra: «El futuro de la humanidad pasa por la familia cristiana». Cuando se habla de esta forma tan general no puede más que caerse en el error. Unos días después del bombardeo nazi de Londres, un periodista le preguntó a Churchill su opinión sobre los alemanes. «No lo sé, no los conozco a todos», respondió. Es cuanto menos audaz hablar en estos términos tan absolutos y afirmar con la rotundidad que usa Rouco que la familia está en peligro porque se haya permitido, por ejemplo, el matrimonio entre homosexuales, en los que, por supuesto, no cabe el amor verdadero, aunque estén «de moda». También suponía un peligro horroroso para la familia el divorcio, aprobado allá por los albores de la democracia con la oposición feroz de la Iglesia y la derecha, que es casualmente la que más lo ha usado. Rouco debe analizar muy seriamente quién está en este país verdaderamente pasado de moda.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 29 de diciembre de 2008.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Falangistas y niñatos

El joven y neófito concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Huelva Francisco Baluffo despidió las sesiones plenarias de 2008 llamando «falangistas» a los ediles del PP por no apoyar una moción que pedía la retirada de los símbolos franquistas de la ciudad y el cambio de nombre de algunas calles. Ante el irracional exabrupto, el portavoz popular, Francisco Moro, respondió con otro. «Niñato», le dijo. Es un estrepitoso fracaso que la dictadura siga dividiéndonos de esta forma tan lacerante más de 30 años después de la muerte del dictador. Es –además– una obviedad que algo no se ha hecho bien en un país que no es capaz de cerrar sus heridas y de pasar las páginas de la historia de una manera pacífica, digna y justa. Ya he escrito en alguna ocasión sobre la necesidad de recuperar la memoria de los cientos de miles de fusilados y represaliados y de despojar a las ciudades de los símbolos que recuerdan a un pasado atroz que sumió al país en la oscuridad durante casi 40 años. Ocurre, sin embargo, que ese discurso en manos de personas que únicamente son capaces de andar por la vida según las instrucciones que les dicte el manual del buen progre, sólo puede conducir al absurdo y a situaciones del todo surrealistas. Como la vivida en el último pleno del año en el Ayuntamiento de Huelva, donde el grupo municipal socialista pidió la retirada de la calle que la ciudad hace unos años nominó en memoria del médico Celestino Verdier ¡con los votos a favor del propio grupo municipal socialista! He ahí el absurdo llevado a sus más altas cotas. El bueno de Baluffo, siguiendo al pie de la letra los pasos que marca el manual antes citado, no cayó en la cuenta de que estaba tirando contra sus propios compañeros, antiguos y actuales, ya que algunos de los que hoy se sientan en los escaños socialistas del Consistorio, como José María Benabat, votaron a favor de que una vía de la ciudad llevara el nombre de Celestino Verdier. Siguiendo con las escandalosas contradicciones, habrá que recordar que ahí siguen los símbolos de la dictadura en los edificios de la Comandancia de Marina y de Aduana Nacional, a pesar de que el Ayuntamiento aprobó e inició en 2002 los trámites para su retirada, que depende del Gobierno central como titular de esos inmuebles. Como el PP es «falangista», olvidémonos de la época de Aznar. Zapatero, en cambio, lleva más de cuatro años en el poder, a pesar de lo cual, que sepamos, nada se ha hecho para que esos símbolos se cambien por los constitucionales. Todos ganaríamos si se acabara de una vez por todas con esta historia de falangistas y niñatos.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 27 de diciembre de 2008.

martes, 23 de diciembre de 2008

Muerte de un mendigo

Una de las ‘Tres Bes’ del cine español, Juan Antonio Bardem (las otras dos correspondían a Berlanga y Buñuel), dirigió en 1955 una película considerada por el régimen como «gravemente peligrosa», Muerte de un ciclista, una obra magistral salida del portentoso talento de un realizador que siempre criticó al franquismo desde dentro, que era lo difícil. Bardem, quizá el más comprometido de su generación, montó en esta cinta un ferocísimo retrato de las mezquindades de la burguesía de la época, que se movía entre las actitudes hipócritas y las falsas apariencias del tipo «siente a un pobre en su mesa». El ciclista muerto atropellado por una pareja de amantes de la alta sociedad fue una metáfora con la que el director retrató a una España plena de desigualdades. Bardem hizo del cine crítico con el régimen, construido desde dentro, su razón de ser. Tanto es así que, cuando llegó la democracia, se quedó descolocado y sus películas no volvieron a alcanzar nunca la categoría que tuvieron mientras sirvieron para denunciar la podredumbre de un régimen y una sociedad con unos valores morales –por así decirlo– más que discutibles. La virtud de los clásicos es que no pasan de moda. Ni pierden vigencia. Es lo que le ocurre a Muerte de un ciclista. Nuestra sociedad necesita, probablemente ahora más que nunca, a un Bardem que denuncie sus problemas y, sobre todo, sus miserias. Han pasado más de 50 años del estreno del filme, pero la hipocresía que gastamos –todos– en poco ha cambiado. La muerte del Hombre de las flores, un mendigo que vendía ramilletes en la calle Concepción, vuelve a enfrentarnos de súbito con nuestros problemas no resueltos. El improvisado altar que se ha levantado en el lugar en que este indigente ejercía la mendicidad me ha recordado lo extrañamente que entendemos la solidaridad, que parece que sólo ejercemos a golpe de desgracia, como si no fuera ya desgraciado el hecho terrible de vivir en la calle. El gran periodista Julio Camba –otro que se las traía– lo definió a la perfección al recordar lo que siempre suele ocurrir en estos casos: nos peleamos por pagar el entierro del desdichado, mientras hemos estado años sin reparar en si tenía un plato diario que llevarse a la boca. Al Hombre de las flores lo mató un chaval, que ha confesado el crimen, pero no sé hasta que punto no lo hemos ido matando entre todos muy lentamente. La muerte social conduce a la física. Una televisión acaba de hacer un interesante experimento: una misma persona, tirada en la calle, pero con distinto atuendo. Primero, de mendigo; luego, de traje y corbata. Los viandantes sólo se paraban en el segundo de los casos. Esta rutina del sufrimiento ajeno es el peor de los síntomas de una sociedad que nunca termina de curarse del todo.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 23 de diciembre de 2008.

martes, 16 de diciembre de 2008

El zapato

Al presidente Bush un periodista iraquí le ha tirado sus zapatos en medio de una comparecencia pública del todavía líder planetario, que va ya buscando las tablas convertido desde hace tiempo en el peor mandatario estadounidense de la historia. ¡Qué gesto hermoso el del zapatazo! ¡Ahí lleva usted mi desprecio, mequetrefe! Los que se oponen con vehemencia a la ocupación americana de Irak ya han convertido en héroe nacional al autor del insólito gesto. Más de 200 abogados se han presentado de manera voluntaria para defender al periodista, quien ha confesado que llevaba tiempo planeando su acción. Ni que decir tiene que rechazo plenamente la violencia. Quiere decirse que el acto de este iraquí no me ha parecido en absoluto una agresión física, sino un hecho simbólico, una acción metafórica y casi esencial: váyase de aquí y llévese lo que usted mismo ha generado: odio. Íntimamente, me he alegrado de que haya sido un periodista el autor de la osadía. A muchos nos iría mejor en esta profesión que tan bajas horas atraviesa si en alguna ocasión le hubiéramos lanzado un zapato a más de uno. No porque se haya dicho muchas veces deja de ser verdad: el periodista explica los problemas de los demás, no los suyos propios, que, aunque sean invisibles, son muchos y muy graves. Este tradicional comportamiento –bastante comprensible, en cierta medida, pues nuestro trabajo es contar y no contarnos– ha acabado por construir una suerte de cortina que nos esconde y nos aísla. Tanto, que pareciera que los periódicos se hacen solos, como autoimpulsados por una extraña fuerza que hace que todo ruede a la perfección. Pero como la objetividad no existe –la intermediación entre lo que pasa y la sociedad es siempre subjetiva–, convendría recordar el esfuerzo humano que supone el resultado final con el que ustedes se desayunan todas las mañanas. Esta profesión, en líneas generales, atraviesa por un momento de tristeza, supongo que influida y castigada severamente por la crisis económica que azota a los países ricos. Resulta sorprendente la rapidez con la que los gobiernos –también el español– han salido al rescate de las grandes entidades bancarias. Pero habrá que advertir que, por muy mal que estemos, nuestro papel –el de los periodistas, digo– no ha cambiado ni un ápice. Es decir, que la información no es un lujo, sino un derecho de los ciudadanos. Influidos por la modorra de nuestra burbuja, es muy probable que se nos haya olvidado darle a alguien en la cabeza con un objeto simbólico, pero contundente. El gesto del periodista iraquí me ha recordado la enorme paradoja de esta profesión, que, en medio de su fuerte devaluación, es todavía capaz de ejercer poder e influencia. Aunque sea a zapatazos.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 16 de diciembre de 2007.

martes, 2 de diciembre de 2008

El lince feliz

Ha vuelto el optimismo en torno al lince. Esta conclusión hermosa y general puede extraerse de los últimos datos y de las recientes reuniones de expertos en la materia, en las que se ha llegado a la conclusión de que esta especie acorralada ha dejado de estar ya en peligro crítico de extinción para pasar a estar, simplemente, «amenazada», lo cual es un paso importante para su salvación y futura conservación. Para seguir avanzando sería conveniente también que se vaciara este logro de todo contenido político, de toda utilización partidista, algo que en España equivale a pedir que no amanezca por las mañanas: un absoluto y total imposible. Tanto es así que aún no ha quedado claro –y debe explicarse para conocimiento general– si lo que se liberó en el Coto de Doñana la pasada semana fue un ejemplar de lince ibérico llamado Caribú o un ejemplar de consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía llamado Cinta Castillo. Sea como fuere, el lince, hoy, comienza a estar feliz, y habrá que felicitar, a su vez, a los científicos que han logrado que este animal tan nuestro haya desterrado –esperemos que para siempre– su secular tristeza. Con este trabajo se va consiguiendo, por ejemplo, que el lince deje de ser visto por algunos sectores de la provincia como un freno que impide nuestro desarrollo, como un obstáculo que no nos deja avanzar, como si este hermoso animal fuera el total responsable de que, por ejemplo, las provincias de Huelva y Cádiz no estuvieran unidas por carretera a pesar de su cercanía. Esta histórica carencia ha aportado al lince numerosos enemigos, quienes suelen referirse al animal con el apelativo de «gato», que es como si a nosotros los humanos nos llamaran «monos», que no digo yo no haya algunos por ahí. Es una obviedad decir –pero habrá que recordarlo– que los únicos culpables de que las provincias de Huelva y Cádiz no estén comunicadas por carretera son los responsables políticos, que no han sabido o no han querido hacerlo, vaya usted a saber por qué. No es el lince el que tiene que pensar soluciones para salvar el «obstáculo» de Doñana. Aunque no se crea, ésta es una tarea que compete a las autoridades, en este caso regionales. Que no hayan tenido en todos estos años de reivindicaciones capacidad para solucionar este problema es algo que no puede imputarse al animal. Es evidente que el Coto impone una serie de limitaciones, pero también lo es que los políticos han de buscar soluciones imaginativas a los problemas. El parque de Los Alcornocales también las imponía, lo que no ha impedido que esté atravesado por una reciente autovía perfectamente sostenible. La Junta, con todo, dice ahora que ése no es el modelo. Sería saludable para la especie –humana– que la recobrada felicidad del lince saque también de su tristeza e ineptitud a nuestros próceres regionales.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 2 de diciembre de 2008.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Descalza

El drama de Bombai no parece estar en los más de 100 muertos causados por los atentados terroristas, sino el susto que se llevó Esperanza Aguirre.

"Tuve que caminar descalza por charcos de sangre", ha dicho la doliente presidenta.

Un espanto.

martes, 25 de noviembre de 2008

Muerte

Nada hay más irracional que la muerte, esa malparida que a todo el mundo iguala. Muchos insisten en que debe aceptarse como parte misma de la vida, como el proceso natural de nuestra propia existencia, la cual es una frase muy hermosa cuya utilidad no va más allá de unos segundos perdidos, de una nube que pasa o de un pez que salta de repente en la tranquilidad quieta de un estanque. Se habla también con frecuencia de la dignidad de la muerte, como si ambos conceptos no chocaran de lleno. Muerte digna. No hay nada más indigno que la muerte, se produzca ésta como se produzca, venga como venga. Cada muerte implica, en una gran parte, la desaparición del mundo que conocemos. Quiere decirse que con la persona que se va deja de existir también su concepción y su particular visión de lo que le rodeaba. Que para él no era ni más ni menos que el universo mismo en toda su inabarcable plenitud, porque la realidad no podemos más que concebirla y recibirla de un modo subjetivo y personal. Acaso la única forma de permanencia, la única dignidad posible de la muerte venga de la mano de la memoria y el recuerdo. Al joven jugador de la Olímpica Valverdeña que fulminó un extraño rayo de su oscuro destino lo van a estar recordando mucho tiempo, y es cierto que uno no acaba de morirse del todo mientras no muere, a su vez, la última persona capaz de recordarte. Ese vivir en los demás es, al margen de la religiosidad de cada cual, la única esperanza posible de este sinsentido que llega de repente como un mazazo, ante el que se siente una congoja inexplicable que deja a todo el mundo sin palabras. A todos, menos a los poetas, como casi siempre. Ya nos recordó César Vallejo cómo era capaz la vida, de repente, de darnos en toda nuestra muerte. O la propia dureza de la existencia: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé”. La muerte vino de nuevo a mandar “sus heraldos negros” para avisarnos de nuestra frágil fugacidad. Si nada hay más triste que un domingo, Valverde va a vivir en los próximos meses un domingo interminable. Un pueblo no puede más que recibir con espanto un hecho así. Muchos buscarán explicaciones o tranquilidad en la religión. Los consuelos ayudan a superar los trances y la espiritualidad juega, en ese sentido, un papel tranquilizador en la sociedad. La creencia en Dios, Buda o Alá es, sobre todo, una explicación del mundo y de nosotros mismos. Yo no he sido llamado por el camino de la fe, lo cual no me convierte en un alma en pena que vaga por el mundo sin saber dónde posarse. No. Vivir es cojonudo, pero hay golpes inexplicables, como el de Javier Herrezuelo, que te recuerdan que vivir es, también y además, una mierda muy grande.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 25 de noviembre de 2008.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Clandestinos

Impresionante documental el que emitió ayer TVE. Un periodista francés, Dominique Mollard, consiguió tras muchos intentos (dos años le costó) embarcarse en un cayuco con cerca de 40 subsaharianos para un viaje absolutamente suicida hasta la isla canaria de El Hierro. Es lo más angustioso que he visto nunca. Y es, claro está, el mejor acercamiento al fenómeno de la inmigración que se ha hecho hasta ahora. No entiendo que haya personas que traten este problema con frivolidad. Los inmigrantes retratados en Destinos clandestinos no consiguieron su objetivo, pero es lo de menos. Pueden contarlo, que no es poco. Los tres días y las tres noches que pasan en alta mar son realmente terribles, de un miedo horroroso. Fracasaron en su intento, entre otros motivos, por la maldad que puede alcanzar el ser humano: en tierra, antes de salir, algunos indeseables les vendieron gasolina mezclada con agua, lo que acabó por gripar los motores. El periodista, del que todo el mundo recelaba, acabó por ser la salvación del grupo gracias al teléfono vía satélite que llevaba. Un bestial petrolero ruso acudió a su rescate. Supongo que lo volverán a intentar.

martes, 11 de noviembre de 2008

No molesten

El personal no va y, cuando lo hace, es como si no fuera. El absentismo en las cámaras de representación popular (Congreso, Senado, Parlamento andaluz) es un tema ya recurrente, que sale a la palestra cada cierto tiempo como un bucle melancólico y aburrido, como una carencia ya asumida de nuestra –como todas– imperfecta democracia. Personalmente, me da grima ver las cámaras vacías, con un señor dormido al fondo y otro en el lado opuesto leyendo distraído el periódico mientras un diputado cualquiera dice muy serio sus cosas en la tribuna. Los que han convertido la cosa pública en su profesión se defienden de muy diversas maneras. La más extendida es la que asegura que su trabajo no está en los escaños, sino en los despachos, que es donde se preparan las iniciativas que luego se debaten en los plenos. He ahí la madre del cordero, las iniciativas. Al menos en la provincia de Huelva algunos de nuestros representantes han batido el récord de ineficacia. Los datos están en las páginas webs de estos órganos, disponibles para el que quiera verlos. Hay congresistas y senadores onubenses que todavía no han presentado ni una sola iniciativa en lo que va de legislatura (más de medio año). Es el caso de Javier Barrero, José Oria o José Bella. Omito el nombre de José Cejudo, porque ha estado casi todo este tiempo de baja por enfermedad. La diputada nacional Fátima Aburto se ha ganado el sueldo un poco más y ha presentado una iniciativa. Como ya han podido comprobar, todos son del PSOE, pero a ver qué quieren que yo le haga. En las filas del PP de Huelva, Matías Conde tiene 76 iniciativas presentadas en el Senado; Juan Carlos Lagares, 62 en el Congreso; y Fátima Báñez, 26 en la misma cámara. Queda claro que cuando eres diputado o senador del mismo partido del que gobierna, se te quitan misteriosamente las ganas de preguntar. Todo se vuelve extrañamente de color de rosa y los problemas parecen esfumarse, aunque sigan ahí como siempre jamás, esperando a que alguien los resuelva. Queda dicho, o el personal no va o, cuando lo hace, es como si no fuera. Podría preguntarme ahora por qué la política crece en descrédito entre la población, pero no lo haré, porque es más que probable que, además, me llamen demagogo. El problema de fondo es común a otras democracias: el interés supremo es el partido, sea éste cual sea, y no los ciudadanos. Es decir, un político hace algo –como en todo, hay excepciones– única y exclusivamente si interesa al partido que se haga. Ahí están nuestros diputados y senadores mudos y ociosos. No presentan iniciativas porque Huelva haya dejado de necesitar modernizarse, sino para no molestar al partido. Ya ven lo fácil que es adulterar la democracia. Basta con servir ciegamente al que te coloca y no al que te vota.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 11 de noviembre de 2008.

martes, 4 de noviembre de 2008

Fascinación

El dichoso desdoble de la N-435 ha conseguido hastiarme casi al mismo nivel que las elecciones americanas, donde va a ganar un señor que tiene obnubilado a medio mundo, incluida la izquierda, como si tal concepto cupiera siquiera remotamente en la política estadounidense. Lo he pensado mucho –a veces lo hago– y creo que la palabra concreta para definir el poder que sobre la gente –incluso sobre la gente inteligente– está ejerciendo el candidato demócrata sería fascinación. Quédense con la acepción que quieran de las dos que aporta el DRAE respecto a este término: 1.– Engaño o alucinación; 2.– Atracción irresistible. Yo opto por la primera, aunque ya les advierto que suelo equivocarme con frecuencia. Pero trataba de hablarles –miren qué original– del maldito desdoble de la N-435, con el que el PSOE lleva desde que Zapatero llegara al poder en marzo de 2004 tratando de fascinar a los onubenses. Un joven valverdeño más inquieto que cien o doscientos políticos juntos, Manolo Cayuela, lo dice muy clarito en su blog (manolocayuela.blogspot.com), que recomiendo visiten: lo invertido por el Gobierno desde 2005 no da ni para un kilómetro de la nueva autovía, teniendo en cuenta que se le proyectan 137. En cinco años (incluido el venidero 2009) la inversión ha ascendido a 2,6 millones de euros, cuando el coste total de la obra superaría los mil millones, según lo proyectado en el estudio informativo. Hagan las cuentas y verán cómo el Gobierno trata de fascinarnos. Ni para medio kilómetro de desdoble en cinco años. Si se sigue este vertiginoso ritmo inversor (medio milloncejo anual), el desdoble estaría concluido no ya en esta o aquella legislatura, sino en otro milenio. Interesante. Por lo menos ya tenemos un horizonte, al que ninguno llegaremos con vida, pero ahí está ya, esperando con ansia a nuestras generaciones venideras, a las que imagino desplazándose en aviones megaultrasónicos. Nuestro flamante desdoble –no teman– estará disponible para el que quiera usarlo, que algún nostálgico quedará. No me digan que no es fascinante. Supongo que habrán escuchado fuegos de artificio de variantes de Trigueros y otras fanfarrias. No se fascinen. Aunque se pretenda vender como tal, eso no es el desdoble. En cualquier caso, si esa variante acabara unida a la muy futura autovía, todavía queda lejos su construcción, porque le han asignado en los presupuestos estatales la sin duda exagerada cifra de 200.000 euros. Con este espectacular dispendio pecuniario tratan algunos de fascinar al personal. Pero aún les queda mucho por aprender. Podrían hacerlo de Obama, que no ha reparado en gastos.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 4 de noviembre de 2008.

martes, 28 de octubre de 2008

La interina

Elena Tobar, la interina, se estrena el jueves en su nueva tarea de portar la voz del grupo socialista en los plenos del Ayuntamiento de Huelva. Convendría que en este hecho primario y básico comenzara a diferenciarse de su antecesora, Manuela Parralo, que siempre delegaba en sus banderilleros porque le parecía como feo o sucio –o ambas cosas a la vez– enfrascarse en pugnas dialécticas con Francisco Moro y con Pedro Jiménez, quienes sueltan unos mandobles morrocotudos. De momento, la interina llega a su primer pleno con el apoyo diríase que exagerada y teatralmente cariñoso del jefe provincial del PSOE, Mario Jiménez, quien no se cansa de repetir que ahora el grupo municipal socialista está «más fuerte que nunca», en claro menosprecio al anterior. Es evidente que el señor Jiménez no puede más que calificar de esa forma a la oposición municipal, aunque en el fondo piense, como piensa la mayoría, que es un grupo de becarios despistados, con todos mis respetos por los becarios y por los despistados. De aquel equipo socialista que llegara al Ayuntamiento tras las elecciones de mayo de 2007 no queda más que el viento que cada cual –cinco ediles cinco– ha ido dejando en su huida. Una verdadera saga/fuga, como en aquella novela de Torrente Ballester. Las fugas fueron llegando por diferentes motivos, que podrían resumirse en uno solo, palmario: la pérdida de las elecciones municipales. Manuela Parralo entró en desgracia el mismo día en que Pedro Rodríguez tuvo la ocurrencia de ganarle. Desde aquel momento, sus jefes en el PSOE decidieron que había llegado su hora, y así se lo hicieron saber de muy sibilinas maneras: ahora te saco de la vicepresidencia de la Diputación, luego apoyo a tu rival en el congreso local del PSOE... Hasta que –evidente– tuvo que largarse a su casa «por motivos personales».

Llega el jueves, digo, la hora de la interina, que este fin de semana ha hecho lo que todo político que aspire a hacerle sombra a Pedro Rodríguez debe hacer: ir al Recre. Nadie nunca recuerda haber visto antes a Elena Tobar animando en el campo a nuestros aguerridos futbolistas locales, pero he ahí uno de los milagros que es capaz de obrar la política. De momento, si no le gusta el fútbol, puede ahorrarse el aburrimiento: no le conoce nadie. Ni siquiera Luis Pizarro, el segundo del PSOE andaluz, quien confesó muy serio que de Tobar sólo tenía «referencias». La interina tiene, a lo que se ve, mucho trabajo por delante. Podría empezar por hablar en los plenos. Para variar.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 28 de octubre de 2008.

martes, 21 de octubre de 2008

Causa general

En Huelva sabemos de fosas comunes. Demasiado. Ahí están los mapas que traen estos días los periódicos para comprobar que nuestra provincia está llena de cadáveres cuya muerte oficial se justificaba en los partes de defunción con el ridículo eufemismo de «herida por arma de fuego», como si al asesinado se le hubiera disparado la escopeta mientras la limpiaba o le hubieran pegado un tiro por error en una montería. La cacería fue muy otra: los conejos –ahí está la magistral La caza (1966) de Carlos Saura para quien quiera verla– no eran más que personas como usted y como yo que se vieron envueltas en odios que en demasiadas ocasiones trascendían el carácter político, aunque esos fueran los principales. Lo he dicho en más de una ocasión, pero habrá que repetirlo: no entiendo qué hay de malo en que un hijo o un nieto busque a su padre o a su abuelo cuyo cadáver yace todavía tirado en cualquier cuneta de nuestra sangrienta geografía. No entiendo, ya digo, qué tipo de herida puede abrir un hecho tan íntimo y primario como ése, que, en cualquier caso, ayudará a cerrar las de esas familias que aún miran los campos con un ahogo de angustia ante la perdida inútil e injustificada de un familiar. Punto. Otra cosa es que se use este hecho para enjuiciar –como si no lo estuviera ya– al régimen franquista, tal que ha hecho el juez Baltasar Garzón. La Fiscalía –que cuando conviene es un ente judicial independiente y cuando no convierne, el Gobierno– le ha parado los pies en seco al magistrado advirtiéndole de que las causas generales no caben en la Constitución. El régimen de Franco abrió en 1940 un proceso denominado La Causa General Instruida por el Ministerio Fiscal sobre la Dominación Roja en España, conocida como Causa General a secas, que tuvo como objeto (hasta que concluyó en los años 60) instruir los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la dominación roja contra personas y bienes. Ahora lo que se investiga es la dominación azul, aunque sus principales actores hayan ya fallecido. España alcanzó la democracia de una manera consensuada haciendo –todos– un ejercicio de desmemoria que ha dado, viendo lo que disfrutamos hoy día, muy buenos resultados. Empeñarnos en poner al país de manera permanente ante el insoportable espejo de su historia es un ejercicio no sólo inútil, sino peligroso. La Justicia y el Estado tienen la obligación moral de ayudar a estas personas a encontrar a sus seres queridos víctimas de la represión durante y después de la Guerra Civil. Pero este deber no implica abrir otra Causa General, aunque un juez ande empecinado en pasar a la Historia por encima de cualquier lógica. Incluida, y sobre todo, de la judicial. Y más allá, de la que dicta el sentido común.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 21 de octubre de 2008.

martes, 14 de octubre de 2008

Demasiado humana

Vivimos días de extrañas paradojas. Cuanta más liquidez inyectan (¿quién inventará estas metáforas?) los Estados en los bancos que se asoman al abismo más se hunden las bolsas. Alguien decide bajar el precio del dinero y ese monstruo con tres cabezas llamado Euribor responde al gesto subiendo un poquito más, apretando una tuerca que acabará cualquier día por romperse del todo. Supongo que estos hechos paranormales tendrán explicaciones razonables, sesudas interpretaciones que se me escapan, pero para muchos de los que leemos estos días con grima las páginas de Economía de los periódicos no son más que parte de un mal sueño del que parece nunca despertaremos. Las grandes cifras que los contribuyentes vamos a prestar ahora a las entidades bancarias marean tanto que la peña ya está empezando a vomitar. No sé si de asco, puro desconcierto o ambas cosas a la vez de tanto ver a los prebostes económicos mundiales anunciar medidas que suenan a injusticias y que no hacen más que empeorar las cosas en un mercado que siempre irá a donde tenga que ir por mucho que el Estado intervenga. Hoy toca al pozo; mañana, Dios dirá.

La crisis tiene muchos apellidos (sistémica, de liquidez, de endeudamiento, de avaricia), pero ya está empezando a tener nombres reales como el de usted y el mío. Huelva está comenzando a ser brutalmente castigada por el paro, a pesar de que las autoridades autonómicas se empeñen en negar una realidad que no por tratar de ocultarse deja de ser dramática. Comienza a haber datos que asustan. Por ejemplo, que ha cambiado el perfil de las personas que acuden a Cáritas solicitando ayuda para el oficio diario de vivir. Sectores de la población que nunca habían tenido que recurrir a la caridad, gentes de la más normal clase media que reclaman auxilio porque la subida constante de las hipotecas no les permite comer tres veces todos los días o el paro ha provocado una hecatombe en sus hogares. Ésta empieza a ser la realidad, la parte demasiado humana de una crisis con extrañas paradojas. Que ciudadanos que jamás lo habían hecho tengan que empezar a pedir para comer porque sus deudas han sobrepasado lo tolerable es un episodio más de esta película de terror a la que todavía le queda mucho para el The end.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 14 de octubre de 2008.

martes, 7 de octubre de 2008

Después de 'naide', Juan Ramón

El bochornoso espectáculo que nuestros políticos –no las toquéis ya más, que así son las criaturas– están dando en torno a Juan Ramón Jiménez no hace sino ponernos a los onubenses ante un espejo que ofrece una imagen real y lamentable: Nunca estaremos unidos por nada y para nada. Y así nos va. Si la indiscutible calidad del poeta moguereño, si su ingente legado en la poesía española, si su reconocimiento internacional no es capaz de hacernos caminar juntos, nada tendrá nunca el poder de hacerlo. Ahí estamos viendo estos días el nombre de JRJ enmierdado hasta las trancas de la porquería que se lanzan nuestros próceres unos a otros. Vivimos en una provincia –en un país, en definitiva– en el que se politizan hasta los amaneceres, y no se iba a dejar de usar como arma partidista a uno de los poetas que mejor los ha cantado, que casualmente nació en Moguer, forjó una obra poética de primerísimo nivel y le concedieron un Nobel a pesar de los intentos en contra del régimen franquista. Quiere decirse que uno de los pocos símbolos de unión tangibles que tenemos los onubenses –más allá del Descubrimiento– nos ha servido justamente de lo contrario, esto es, de enfrentamiento abierto entre la Diputación, gobernada por el PSOE, y el Ayuntamiento de Moguer, comandado por el PP, por un quítame allá unas presidencias en actos y congresos. Es interesante comprobar el sentido de la cultura y de la responsabilidad que se gastan algunos. Lo hemos visto en el reciente congreso que sobre JRJ se ha celebrado en Nueva York, que ha parecido más bien un congreso sobre la presidenta de la Diputación, a tenor de las innumerables fotos de Petronila Guerrero que durante la celebración del cónclave nos hacían llegar a los medios de comunicación onubenses y andaluces. Por supuesto que es de aplaudir la iniciativa. Por supuesto que la cita ha congregado a especialistas de primer nivel. Nadie duda de su utilidad. ¿Pero era necesaria semejante orgía propagandística? Nuestros líderes vienen a resumir su existencia como lo hacía Guerrita cuando era dueño del escalafón taurino a finales del XIX: «Después de mí, naide; y después de naide, Fuentes». Cambien, en nuestro caso, Fuentes por JRJ mismamente y ya tendrán la solución a un comportamiento que raya con lo obsceno y que espantaría sin duda al poeta, que no podría volver hoy a su pueblo sin que unos y otros tiraran a la vez de sus brazos. Acabaría partido por la mitad. Pero acabar partiendo algo por la mitad es un comportamiento muy onubense. Muy de nuestra tierra. Tanto, que seguimos a la cola. También, y sobre todo, en la defensa de los nuestros.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 7 de octubre de 2008.

martes, 30 de septiembre de 2008

Lenguas

De todas las películas de Woody Allen se saca algo interesante. De la última, Vicky Cristina Barcelona, al margen de la a ratos muy divertida historia que cuenta, me llamó la atención un hecho sorprendente, como a otros compañeros. Los letreros de una frutería en la que entran una de las protagonistas con un amigo del máster de Identidad Catalana (?) al que asiste están en castellano. Ese frutero, en la vida real y diaria de Cataluña, sería multado. Los millones de euros que el Gobierno catalán se gastó para que Allen sacara una visión de Barcelona edulcorada, cultísima, cosmopolita y súper enrollada no consiguieron tapar el principal caballo de batalla de la Generalitat: la lengua. Este domingo salieron a las calles también de Barcelona unos cuantos miles de personas para reclamar un derecho básico y simple, pero fundamental: el fin de la imposición lingüística del catalán frente al castellano. Que deje de ser la única lengua vehicular en la educación y en una grandísima parte de los estamentos públicos. En definitiva, que no se trate al castellano en Cataluña como un idioma extranjero, que es una buena forma de resumir lo que está ocurriendo. Imponer una lengua sobre otra en una sociedad claramente bilingüe como la catalana es una aberración que no provoca más que injusticias. Lo dijo Arcadi Espada, un tipo bastante inteligente, al concluir la marcha de protesta: «Los territorios no tienen lengua. Las lenguas son de los ciudadanos». He ahí la clave, ignorada obviamente por los dirigentes catalanes, que han puesto en marcha un plan de inmersión lingüística que tiene como objetivo principal el de imponer el catalán como un instrumento fundamental de su imaginaria nación independiente. Esto es, la lengua al servicio de los delirios nacionalistas. En Cataluña se habla catalán como en Francia el francés, vienen a pensar. Y punto. ¿Que una gran parte de la población usa el castellano como lengua propia y diaria? Van sobrados con un par de horas a la semana en los colegios. Como si fueran extranjeros, ya digo. Al margen del educativo, un ejemplo claro de esta penosa situación está en la Literatura: los poetas y novelistas que usan el castellano como lengua de expresión no son considerados como parte integrante de la cultura catalana. Sin más. No cabe mayor fracaso en una política lingüística de una sociedad bilingüe, que ha de estar orgullosa precisamente por este hecho enriquecedor. Me parece bastante razonable el Manifiesto por la Lengua Común que tanto ha dado que hablar. Gente tan inteligente como Fernando Savater, Félix de Azúa, Boadella, Vargas Llosa, Miguel Delibes, Ana María Matute piensan lo mismo. No sé si Allen también, pero convendría que al frutero de su película le fuera buscando otro trabajo.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Papá Estado

La crisis económica está poniendo a cada uno en su lugar. Ahora, por ejemplo, hemos descubierto que en España no hay liberales, sino liberalitos. Esto es, defensores a tiempo parcial de la economía de libre mercado. Según convenga y dicten los vientos. Sobra decir que únicamente conviene cuando las cosas van rodadas. Si vienen mal dadas, como ahora, no hay empacho en pedir «un paréntesis en la economía de libre mercado», como tan ricamente hizo hace unos días el presidente de los empresarios españoles agrupados en la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Me asombra esta capacidad que tienen algunos de quedarse con los beneficios y repartir entre todos las pérdidas. Me sorprende cómo se renuncia a los principios cuando la crujía es mucho mayor de lo que se esperaba. ¡Tantos años abominando del intervencionismo estatal en la economía para acabar pidiendo ayuda a papá Estado! Así están las cosas. En Estados Unidos –supuestamente el país menos intervencionista del mundo– ya se ha anunciado una impresionante campaña gubernamental para salir al rescate de las grandes empresas con problemas, que son precisamente las que nos han metido en problemas. Lo dijo hace poco el comisario de Economía de la Unión Europea, Joaquín Almunia, muy acertadamente: «La causa de esta crisis puede resumirse en una palabra: avaricia». He ahí la clave. Hemos llegado a este punto precisamente porque el mercado abomina de los mecanismos de control estatales, por lo que se le ha dejado hacer y deshacer a sus anchas en los últimos años, inflando e inflando una burbuja que no ha tenido más remedio que estallar estrepitosamente. Resulta sarcástico que sea ahora precisamente el Estado –es decir, el dinero del contribuyente– el que tenga que solucionar la situación. Y no quedará más remedio, porque son muchísimos los puestos de trabajo que están en juego. Pero deberían sacarse unas cuantas conclusiones para el futuro. La primera está clara: al mercado no se le puede dejar a su albedrío. La segunda es una consecuencia de la anterior: habrá que instalar mecanismos que controlen los flujos económicos. Más allá de intervencionismos extremos y de nacionalizaciones, esto es precisamente lo que ha de definir a la socialdemocracia. Lo que ocurre es que en España no la hay –al menos, en lo económico– desde que Felipe González hundiera las ilusiones de muchos en la izquierda. Tampoco ahora con Zapatero, quien tiene su cuota de responsabilidad en la crisis por dejar y dejar hacer sin actuar y sin prever lo que podría pasar. Ahora tendrá que intervenir. Se lo piden los anti-intervecionistas. Lo cual resultaría cómico si no fuera trágico.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 21 de septiembre de 2008.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Huesos

Lo dijo Lorca, apenas un mes antes de que le metieran «un tiro en el culo por maricón»: «Me voy a Granada, estos campos se van a llenar de muertos». Ahí siguen los campos, 70 años después, llenos de muertos, osamentas anónimas, cuerpos inertes, símbolos macabros de la maldad humana. Incluido el del poeta que predijo un «huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas». Lo he dicho en alguna ocasión, pero habrá que repetirlo: España no podrá ser un país medio civilizado si continúa teniendo a Lorca tirado en una cuneta. A Lorca como a tantísimos otros, pero vale el granadino como símbolo. La familia está en su perfecto derecho de querer que sus restos descansen allí para siempre, pero no puede impedir que se intente saber si de verdad están allí o no. Su persistente negativa ha creado numerosos rumores, entre ellos el que asegura que el cuerpo fue trasladado a otro lugar más digno. A Lorca lo mataron con un maestro y dos banderilleros acusados de anarquistas. La familia del primero, dentro del movimiento llamado de recuperación de la memoria histórica, ya ha decidido su intención de rescatar sus restos, se supone que enterrados junto a los del poeta. No acabo de entender qué problema hay en que familiares de los ejecutados durante y tras la Guerra Civil quieran encontrar y recuperar los cadáveres de sus seres queridos. No acabo de entender tampoco qué heridas puede abrir ese hecho primario de reencontrarse con sus padres, abuelos o tíos fusilados hace 70 años. En todo caso, cierra las heridas que siguen abiertas en muchas personas que continúan teniendo a sus familiares tirados en los campos de España. Otra cosa es la instrumentalización partidista que algunos se empeñan en hacer de esta cuestión. Me da grima el juez Garzón y su desmedido gusto por la fama, la gloria y la posteridad. Me da grima el maniqueismo de buenos y malos que gasta el Gobierno de Zapatero, pero es razonable que el Estado y la Justicia ayuden de alguna forma a estas personas a encontrar los huesos tiroteados de sus seres queridos. ¿El bando republicano no fusiló y ejecutó? Por supuesto, pero habrá que recordar una obviedad: las víctimas nacionales tuvieron bajo el franquismo 40 años de reconocimientos y búsquedas, con una Causa General contra la República incluida. Parece que muchos olvidan este hecho fundamental cuando se preguntan si sólo hubo víctimas de un sólo lado. Está claro que no las hubo. Pero las que siguen en los campos coinciden en su mayoría con una de las dos Españas en que se partió este país. Los huesos todavía nos recuerdan la grieta por la que un día se fue la dignidad de los españoles.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 18 de septiembre de 2008.

martes, 16 de septiembre de 2008

Tiro al juez

La cacería que el Gobierno y la oposición han emprendido contra el juez Rafael Tirado tiene un objetivo claro: que el personal descargue sus lógicas iras contra el magistrado y no contra ellos, que son los que tienen los mecanismos para arreglar un sistema judicial tan podrido que extraña que asuntos tan lamentables como el del caso Mari Luz no ocurran a menudo. A la mayoría de los españoles ha alarmado por leve el castigo –1.500 euros– que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha impuesto a Tirado. A mí lleva días alarmándome la virulencia con que PSOE y PP tratan al un unísono de convertir al juez en el culpable de todos los males que sufre en España la Justicia. No lo es, por más que a los partidos mayoritarios les interese y se empeñen en presentarlo como tal. Desgraciadamente, los juzgados españoles están llenos –repito, llenos– de sentencias sin ejecutar o sin comprobar su cumplimiento. Los 1.500 euros –o la cabeza, como piden Gobierno y oposición– tendrían que apoquinarlos la mayoría de los jueces de este país. Por una razón muy sencilla: se quiere aplicar una Justicia del siglo XXI con mecanismos del siglo XIX. Y no se puede, claro. La razón de la secular saturación del sistema judicial es un misterio que nadie con poder tiene el más mínimo interés en resolver. Las causas de por qué no se arregla la situación son tan enigmáticas que me asusta incluso dar alguna razón coherente. ¿No interesa? ¿Por qué no interesa? Véase el último episodio de este esperpento valleinclanesco llamado Justicia: durante la última legislatura se ha insistido en que la renovación del CGPJ supondría el fin de todos los males del sistema. Ahí está para quien quiera verlo el engendro que han parido socialistas y populares: el órgano del poder judicial más politizado de los últimos 30 años, es decir, un parlamento en miniatura, o lo que es lo mismo, un verdadero atentado a la separación de poderes que garantiza la Constitución. Pero, a lo que se ve, el problema no es ése, el problema es el juez Rafael Tirado, blanco perfecto sobre el que los políticos tiran para animar a que la ciudadanía participe también en la cacería y así desviar la atención sobre ellos mismos, que son los que tienen que arbitrar los mecanismos para garantizar que el sistema judicial español funcione aunque sólo sea de una manera decente. En los últimos meses no paro de preguntarme por qué en esta vida todo tiene arreglo menos la muerte y la Justicia. Los que tienen la obligación de buscar una solución andan ahora a la caza del juez. Que se entretengan y que sigan engañando a quien se deje engañar. Pero que no olviden que la actual situación provoca dramas con nombres y apellidos. Incluido el del juez Tirado.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 16 de septiembre de 2008.

martes, 5 de agosto de 2008

El Conquero

No hay nada en la ciudad de Huelva más hermoso que el Conquero, ni más cantado en fandangos, ni más poetizado, ni más fustigado por los cientos de pregoneros amantes de los tópicos y los lugares comunes. El impresionante mirador natural de aquella «colina ocre» y de aquellos «pinos antiguos de perenne alegría» que cantara Luis Cernuda para la posteridad de su inmensa poesía sigue ofreciendo hoy una de las más bellas estampas de toda la provincia de Huelva. Pero en ocasiones las ciudades caen en extrañas contradicciones. Casi sin darse cuenta, incurren en errores que nunca acaban de subsanarse del todo. Sin saberse muy bien por qué, este enclave absolutamente privilegiado, que confiere a la ciudad una evidente seña de identidad frente a otras capitales andaluzas y españolas, sigue abandonado y olvidado, y uno no acaba de entender que ocurra este hecho precisamente en una ciudad que ha cambiado espectacularmente en los últimos años y que ha sufrido una verdadera revolución urbanística desde que el actual alcalde tomara los mandos del Ayuntamiento. Podrían imaginarse mil maneras para mejorar cuanto menos el aspecto de este enclave único. Lo he pensado alguna vez y creo que no me equivoco demasiado al afirmar que ése sería el mejor paseo marítimo que Huelva podría ofrecer a sus ciudadanos y a sus visitantes. Un paseo marítimo distinto, desde luego, pero especialísimo y singular porque desde allí se intuyen ya las «luces del violento Atlántico» que divisara Cernuda en su elegía estética de la belleza juvenil que es a fin de cuentas su poema A un muchacho andaluz, en el que, como queda dicho, se canta al Conquero como espacio mítico de tantas cosas. La potencialidad de la zona, con un planteamiento urbanístico equilibrado entre paseos y miradores, haría de ella, sin duda alguna, una de las más hermosas de Andalucía. La ciudad de Huelva no está sobrada de lugares bellos. A qué engañarnos. Y el mejor de ellos está tan deteriorado que en ocasiones cuesta trabajo recomendar al visitante que no deje de subir a contemplar el impresionante paisaje que ofrece el cabezo del Conquero. Aunque siempre se acaba recomendado, por supuesto. Al menos yo así lo hago. Esa visita y la del viejo mercado del Carmen, todo un espectáculo de colores y olores, son ineludibles para el que me pregunta qué ver en la ciudad. Siempre se dice que Huelva, la capital, es más bella por lo que esconde que por lo que muestra. Falso. Busquen y encuentren algo más hermoso que pasear por el Conquero. La pena es su estado. Que debe mejorarse es una realidad que a estas alturas no duda nadie. Aunque sólo sea por poder seguir asombrándonos con la violenta luz de la colina ocre.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 5 de agosto de 2008.

lunes, 4 de agosto de 2008

Socialistas descubridores

Los socialistas andan ahora descubriendo Huelva. Los socialistas no onubenses, se entiende. Este hallazgo a la inversa del tópico de la Huelva descubridora puede verse estos días con total nitidez en los ejemplos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. El primero de ellos –que es el que manda de verdad en el enorme sarao– se ha enterado por fin de que Doñana está en Huelva. Dato importante y a tener en cuenta, porque han sido muchos los años en que hemos visto al jefe del Ejecutivo haciendo su entrada de honor en el Coto por el paraje de Bajo de Guía de Sanlúcar de Barrameda, provincia de Cádiz, y siendo recibido –mireusté qué hermosura de lugar– por las autoridades gaditanas. Esta extraña elección originó en su día un cabreo mayúsculo del alcalde de Almonte, el también socialista Francisco Bella, quien escribió una carta a ZP mostrando su asombro y su lógico enfado. La pasada Navidad, el señor presidente volvió a acceder a Doñana por Cádiz, pero enmendó la plana y trató de suavizar los ánimos con una visita al regidor almonteño. En sus recién estrenadas vacaciones agosteñas, Zapatero llegó ayer a Doñana y parece que al fin lo ha hecho por la provincia de Huelva (dato que no trascendió), un hecho a simple vista sin la más mínima importancia pero que para las gentes de allí –en este caso, también socialistas– la tiene toda. Sea como fuere (por Cádiz o por Huelva), Bella dio la bienvenida oficial a ZP para conseguir el hecho simbólico de la entrada onubense a Doñana del presidente del Gobierno. Los símbolos en política son tan importantes como lo hechos. Diríase que bastante más, porque muy pocos son los hechos reales que se ofrecen.

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Otro símbolo –a menor escala– se ha producido también estos días en las Colombinas, que han recibido la visita del alcalde de Sevilla. Sánchez Monteseirín no conocía las fiestas de la ciudad vecina y ha pedido venir precisamente cuando anda inmerso en una crisis bestial en su equipo de gobierno, con su número dos, Emilio Carrillo, en sonora huida, y a quien ha salido a defender el PSOE andaluz con toda su maquinaria. Como en política las coincidencias no existen, ha de entenderse que el señor Monteseirín le apetecía este año hacerse una foto con Pedro Rodríguez, más que nada por tocar un poco las narices a sus enemigos íntimos del partido. Zapatero ya ha dejado de tocárselas a Bella. Es un paso.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 4 de agosto de 2008.

martes, 29 de julio de 2008

Cultura y toros

El portón de La Merced lo abre hoy el responsable –quizá– de las más hermosas y estudiadas páginas dedicadas en nuestro país a la fiesta de los toros y a su singularísima vinculación –como parte integrante– al mundo de la cultura, Andrés Amorós. Los toros son cultura y arte como lo es la luz de Velázquez o la Giralda de la catedral de Sevilla. O sea, plenamente y con rotundidad. El pregonero que inaugura esta noche las Colombinas ha dedicado su vida al noble empeño de las letras y, en buena medida, a la estrecha relación de éstas con la tauromaquia. La conclusión a la que ha llegado está en sus libros imprescindibles ya hoy para el aficionado que quiera acercarse a este mundo de un modo contrario a lo superficial y lo meramente social, que es lastimosamente lo que hoy domina en la fiesta de los toros. Escritores ante la fiesta, Lenguaje taurino y sociedad, Toros y cultura y Toros, cultura y lenguaje son títulos a los que recurrir cuando el ambiente taurino se hace demasiado agobiante de señoronas y señoritos ávidos por lucir el palmito y de paso su ignorancia ante un espectáculo artístico que están muy lejos de poder comprender. Y lo están, entre otras cosas, porque éste es un arte complejo para cuyo completo disfrute son necesarias unas claves en ocasiones muy alejadas de la gran masa que llena las plazas. Andrés Amorós lleva años buscándolas y ofreciéndolas a sus lectores. Ahora nos acaba de regalar una biografía del maestro Luis Miguel Dominguín, El número uno, en la que, con su sencillez extraordinaria, vuelve a demostrar su sabia erudición tan en la línea de Ortega y Gasset, que entre otras muchas cosas fue el impulsor de las más vasta obra que se haya hecho jamás sobre la tauromaquia, Los Toros. Tratado técnico e histórico, conocido como El Cossío en referencia al apellido de su autor. Que Andrés Amorós es un dignísimo heredero de Ortega y de su camino abierto en el que se funden toros y cultura como una misma cosa lo volveremos a comprobar hoy en el patio de la Escuela de Arte León Ortega. Para llegar hasta aquí, Amorós ha recorrido una amplísima trayectoria de vinculación al mundo de la literatura y al teatro. Muchos le recordamos como el autor de la edición de Cátedra que nos guió por el intrincado y hermoso laberinto de la Rayuela de Cortázar. De tanto estudiar la creación literaria y teatral, Amorós conoce a la perfección el mundo de los toros. Porque un lance no deja de ser una obra creativa de alma, inspiración y técnica. Como un buen libro.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 29 de julio de 2008.

lunes, 28 de julio de 2008

¡Salud!

El hecho de que la Delegación Provincial de Salud haya gastado casi 3.000 euros en la copa de vino tras la toma de posesión de la nueva delegada del ramo en Huelva, María José Rico, no deja más que una cosa en evidencia: que la sociedad va por un lado y la Administración por otro muy distinto. Y otro más grave aún: que la Administración no hace lo que nos pide a los ciudadanos que hagamos, esto es, apretarnos el cinturón en tiempos de crisis. A muchos, el casi medio millón de pesetas que nos costó a los andaluces el catering de despedida de José Ramón Pozuelo les parecerá una minucia. Una absoluta idiotez. A mí me parece un verdadero despilfarro, sobre todo viniendo de donde viene el dinero, o sea, la Consejería de Salud, responsable directa del Servicio Andaluz de Salud (SAS), probablemente el sistema sanitario más deficitario y con más problemas económicos de cuantos hay en España. No hay más que conocer un poco los hospitales andaluces para comprobar que el principal problema de todos ellos es la saturación de trabajo por falta de profesionales, que no pueden contratarse por la sencilla razón de que no hay dinero. Ya sé –hasta ahí llego– que las partidas presupuestarias de donde salen las cervezas y los vinos de bienvenida para la nueva jefa de la cosa no son las mismas con las que se pagan las guardias de los médicos en verano. El asunto del catering no es más que un síntoma. Una prueba evidente de que la Administración despilfarra cuando quiere y le apetece despilfarrar. Lo que sería ideal es que despilfarrara también en los tan necesarios contratos de médicos, enfermeros y celadores que deben hacerse para –sobre todo en verano– paliar las deficiencias de un sistema que funciona precisamente por el buen hacer de unos profesionales que han de aguantar tanto o más que los propios pacientes. Ya lo dijo claramente el presidente del Colegio de Médicos de Huelva, Juan Luis González: «El SAS es improvisación, improvisación e improvisación». Lo que nos preguntamos los usuarios de la sanidad pública andaluza es cuándo se va a acabar esa maldita improvisación. Quizá cuando se acabe también el despilfarro de una administración que parece no entender que gastar 2.700 euros en una copa de vino tras una toma de posesión es un asunto totalmente innecesario. El ministro Miguel Sebastián ya ha prohibido este tipo de celebraciones en su Ministerio. Sus colegas onubenses de partido, como Bono, le habrán mandado una corbata. Y una botella de buen vino de la tierra. Para que sonría y brinde por la desaparición de los malos rollos agoreros. ¡Salud!

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 28 de julio de 2008.

martes, 22 de julio de 2008

Luciano alega (a favor)

Luciano Gómez –el azote del ecologismo provincial, nacional e internacional desde su tribuna de la UGT– se ha subido al carro del oleoducto, como a tantos otros. Y está bien que lo haga. Si él cree que este proyecto va a ser beneficioso para los intereses de la provincia de Huelva, es razonable que salga a defenderlo a capa y espada si hiciera falta. Y si el promotor del proyecto es el empresario amigo del partido amigo del sindicato amigo, pues mejor que mejor. Lo que ha resultado un tanto surrealista es la manera de hacerlo. A Luciano le puede el demasiado celo que pone en las cosas que hace. Porque a ver cómo se explica el asunto éste de tener la ocurrencia de presentar alegaciones a favor del oleoducto del Grupo Gallardo. ¡A favor! ¿Cómo alega uno a favor de algo para lo que hay abierto un plazo de alegaciones? Este misterio asombroso lo resolvió el otro día Luciano de un plumazo: llamó a los medios y se plantó en las puertas de las dependencias del Gobierno en Huelva blandiendo un taco de folios en el que iban escritas 14 alegaciones a favor del oleoducto. ¿Y si está a favor, para qué diablos alegar vía administrativa? Porque Luciano es así, y no aguanta sentado ni un minuto mientras los ecologistas estén lanzando por ahí sus infundios y sus rotundas falsedades. La imagen del desfile de gentes, grupos varios y partidos políticos que han ido presentando alegaciones (decir en contra, en estos casos, resulta una redundancia) al proyecto del oleoducto ha podido con Luciano, que no ha dudado ni un minuto en sumarse a la fila, pero al revés. O sea, alegando a favor. Las alegaciones públicas que se abren cuando se presenta un proyecto de estas características tienen como objetivo corregir las posibles deficiencias o ilegalidades que pudieran encerrar el plan inicial. ¿Tiene algún sentido, entonces, presentar alegaciones a favor? Ninguno. Luciano cree que el oleoducto aplica «las mejores técnicas», que «satisface una demanda de empleo», que «potencia al Puerto de Huelva» y que creará en la provincia «mil puestos de trabajo». ¿Qué carajo –con perdón– es lo que ha alegado Luciano, entonces, si está de acuerdo con el proyecto al cien por cien? Nada, evidentemente. Pero ahí estaba el otro día, ufano, con sus alegaciones a favor, sabiéndose uno de los pocos guardianes puros de la industria, venga ésta de donde venga, éste donde esté. Qué tipo, Luciano. La boutade de alegar a favor no es más que un síntoma evidente de lo hondo que cala en esta ciudad el debate de la industria y el ecologismo. Tan hondo, que algunos no dudan en hacer disparates con tal de lanzar su mensaje.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 22 de julio de 2008.

martes, 15 de julio de 2008

Progreso

Como me supongo un hombre de mi tiempo, me supongo –también– a favor del progreso. Vivir es avanzar, aunque yo añadiría que irremediablemente. No sé, con todo, hasta qué punto pueden sostenerse afirmaciones como la de Pessoa, quien creía que el binomio de Newton encierra tanta belleza como la Dama de Elche. O la del futurista italiano Marinetti, que veía –allá por las vanguardias de principios del siglo XX– más hermoso un automóvil en movimiento que la Victoria de Samotracia. La vida cambia a un ritmo tan vertiginoso que ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuál será el aspecto físico que tendremos los humanos dentro de apenas mil añitos de nada, como bien se encargó de recordarnos ayer un sabio tan descomunal como el biólogo almeriense Ginés Morata. El ser humano progresa más que nunca porque el ser humano así lo quiere. Sin más. Ni menos. Adónde nos llevará el imparable avance de las cosas es un misterio encerrado en un enigma. Pura ciencia ficción.

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Esto del progreso y la belleza puede comprobarse –a escala infinitesimal, claro, porque los humanos somos infinitesimales– en la cotidianidad de la vida diaria, que es donde se percibe que las cosas que a uno le rodean empiezan a ser ya irremediablemente diferentes a como las había conocido. Ahí está, por ejemplo, la vertiginosa expansión que en los últimos años ha sufrido –o gozado, según se mire– Punta Umbría, un enclave que a fuerza de hoteles y avances va perdiendo sin posibilidad de recuperarlo el aire familiar y de tiempo detenido que a tantas personas ha venido atrapando desde que los ingleses plantaran allí sus reales para desintoxicarse de los aires sulfurosos de la mina. En la vieja carretera, frente a la maravilla de Los Enebrales, han crecido como setas urbanizaciones y hoteles que han cambiado para siempre la fisonomía de la antigua localidad de recreo para convertirla en un punto turístico al que se supone que la gente acudirá en masa. Nunca imaginé que en Punta Umbría habría un multicines y un centro comercial, pero ahí está, lleno hasta las trancas de personas que no se sabe por qué extraña razón huyen de sus grandes ciudades atestadas de centros comerciales para acabar metidos en otro centro comercial que han construido a 50 metros de una playa hermosísima –el Calé– hace unos años medio desierta y hoy abarrotada de sombrillas deseosas de volver cuanto antes de nuevo al centro comercial. Qué quieren que les diga. Si esto es el progreso, me quedo con la Dama de Elche. De todas, todas.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 15 de julio de 2008.

martes, 8 de julio de 2008

El enemigo equivocado

Las gentes que tan comprensivamente piden que se haga justicia tras el terrible despropósito del caso Mari Luz se han equivocado de enemigo. Desde luego, no es el juez Rafael Tirado contra el que deben encauzar su lógica ira. Ni mucho menos. No sé hasta qué punto este magistrado que no ejecutó una sentencia contra el presunto asesino de la pequeña es una víctima más de un sistema obsoleto y podrido hasta el tuétano por obra y gracia de una bacteria llamada saturación. No lo sé, ya digo. Es el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el que debe determinar hasta qué punto este señor es negligente o sufriente de un sistema que está muy lejos de acercarse a ser siquiera aceptable. Pero de un tiempo a esta parte me perecen ciertamente excesivas algunas de las cosas que se están diciendo sobre el juez Tirado. Las últimas tal que ayer, en una manifestación en los juzgados del Prado en Sevilla. Los allí presentes gritaron lindezas como ésta: «Juez Tirado, asesino de Mari Luz». El padre de la niña, Juan José Cortés, que siempre suele poner cordura en este asunto, no la puso esta vez: «Tiene el mismo sentimiento de no culpa que los pederastas», dijo sobre el magistrado. No sé si es necesario decir que el único culpable de un asesinato es la persona que lo comete (a no ser que se lo manden, que no es el caso). Tampoco sé hasta dónde es capaz de llevar la desesperación –que es mucha– a un padre que ha perdido a su hija a manos de un criminal que debía estar en la cárcel. Supongo que a muy lejos. Pero, repito, creo que se ha confundido la puerta a la que golpear, que no debe ser la del juez Tirado, sino la de las instituciones, que son las que tienen los instrumentos para evitar que casos como éste puedan volver a producirse. Juan José Cortés ya ha llamado a ellas. Zapatero se las abrió. El ministro de Justicia, Fernández Bermejo, se las abrió. Chaves se las abrió. El CGPJ se las abrió. Y todos andan tranquilos porque un día le abrieron sus puertas al padre de Mari Luz, le dijeron palabras bonitas y le prometieron soluciones aún más hermosas. Pero están tranquilos, sobre todo, porque la ira de la familia y de parte de la sociedad se ha encauzado hacia un cabeza de turco, el juez Tirado, que no es más culpable que unas administraciones que no terminan de reformar un sistema que no funciona como debiera no se sabe todavía por qué razón. O, en palabras del juez Emilio Calatayud, «porque no interesa que funcione bien». ¿Tiene alguien otra explicación ante lo secular y surrealista de la situación? Si es así, que dé un paso al frente y la diga rápido, porque a este paso nos vamos a quedar sin puertas que derribar. Equivocadas, por supuesto.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 8 de julio de 2008.

martes, 1 de julio de 2008

Márquez Reviriego

A Víctor Márquez Reviriego, el gran cronista parlamentario de los años en que encendieron el interruptor de la democracia, la Universidad de Huelva le entrega hoy su doctorado honoris causa. Cuando a Borges le concedieron el Premio Cervantes, alguien dijo utilizando una boutade muy del maestro argentino que lo que en realidad se entregaba en aquel acto era un Borges al Cervantes. La admiración que siempre he profesado por este periodista ejemplar me ha llevado, sin duda, a acordarme de una anécdota que habla de la grandeza de algunos que han dedicado su vida a la cultura. Víctor Márquez lo ha hecho, rama periodismo y escritura, y ahí está su ingente ejemplo para el que quiera ser inteligente y seguirlo. Este onubense de Castillejos ya ha ganado por su trabajo todo lo ganable en esta profesión volátil y fugaz: Premio Nacional de Periodismo, Premio González Ruano, Premio Espejo de España, Medalla de Andalucía, Medalla de Huelva. Quiere decirse que con sus impagables crónicas parlamentarias desde 1976 a 1981, con su trabajo de redactor jefe en la mítica Triunfo (en la que formó lobby onubense con Gómez Marín y Vaz de Soto), con sus libros de una época apasionante, con sus observaciones en un buen puñado de revistas y periódicos (ahora, en éste), Márquez Reviriego ha ido ganándose un sitio privilegiado en la historia del periodismo español y en la historia misma de España, porque a ella habrá de pertenecer también con justeza quien la cuenta desde la primera fila, cuando aún ni siquiera se tiene conciencia plena de que el devenir de un país está pasando por delante de tus ojos. En este periodista, queda dicho, se ha obrado el extraño milagro de la permanencia. Y digo extraño porque éste es un oficio en el que todo dura lo justo y necesario, es decir, un día. Más allá de las 24 horas todo es tan antiguo y lejano como puede serlo la batalla de las Termópilas. Por ello es tan difícil conseguir una cierta estabilidad y un reconocimiento casi atemporal de los trabajos que van acompañando a un periodista a lo largo de su vida. Si Víctor Márquez lo ha conseguido es porque ha sabido conjugar, a mi entender, varios ingredientes imprescindibles: la curiosidad, la preparación cultural e intelectual y la buena prosa. Los tres obran el milagro que hacen al gran periodista. La Universidad de Huelva pone hoy en su justo sitio a una profesión a través de uno de sus más altos representantes. Márquez Reviriego ha visto hacerse al país que hoy conocemos. Él también contribuyó a que se medio hiciera del todo. De la mejor forma que sabía y sabe. Contándolo.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 1 de julio de 2008.

martes, 24 de junio de 2008

Marx

Algunos deben tener cuidado con no invocar el nombre de Groucho Marx en vano. Lo ha hecho este fin de semana José Blanco a cuenta del congreso en el que Rajoy se ha quitado de en medio a críticos y otros seres molestos. «Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros». El secretario de Organización del PSOE recordó la divertida ocurrencia del actor norteamericano para lanzársela a su paisano popular e imputarle excesivas mutaciones de criterios y modificaciones de pensamientos como otros se cambian de zapatos. Pero, ya digo, hay que andarse con ojo, porque las sentencias de Groucho son tan universales que pueden aplicarse a cualquiera. También al PSOE, que aquí en nuestra provincia ha demostrado tener unos principios en Gibraléon y otros muy distintos en Bollullos, un pueblo, por cierto, que cada vez se parece más al camarote de los hermanos Marx con tanta repentina visita que está recibiendo el hasta mañana alcalde socialista, Carlos Sánchez, que ha adquirido un aire de viuda al que todo el mundo con cargo público del PSOE va a mostrarle su pesadumbre y su tristeza por la irreparable pérdida de la Alcaldía por culpa del pacto entre IU y PP. El problema de las mociones de censura es que ninguno de los grandes partidos españoles está legitimado para dar lecciones de ética y honradez. Partiendo de esa base, la solidez de los principios de Groucho Marx es la misma que la de una clase política que únicamente se mueve por su exclusivo interés partidista. He ahí la fe verdadera del político: la victoria de su partido. Esto es, el poder. Lo que haya que hacer para conseguirlo importa lo mismo que un pimiento. Por ejemplo, un pacto antinatural entre IU y PP (Bollullos). Por ejemplo, valerse de una edil tránsfuga para alterar una mayoría absoluta (Gibraléon). «Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros». El PSOE anda estos días jurando en arameo y gastando el diccionario de desacalificativos por el acuerdo que le echará del Ayuntamiento de Bollullos. Es, en su opinión, un atraco a mano armada, un atropello a la democracia, por lo que se debe reunir de inmediato la Mesa Antitransfuguismo, a pesar de que en este asunto los tránsfugas brillan por su ausencia. No opinaba lo mismo (aquí están los otros principios) cuando se hicieron con el poder en Gibraleón gracias a que una concejal del PP le dio su voto al PSOE. La expulsión del hoy alcalde fue una representación teatral digna de ganar un Max. Ahí está hoy Juan Serrato otra vez bajo el paraguas socialista. ¿Con qué legitimidad se arrancan ahora la piel a tiras los socialistas? Con nula legitimidad, aunque algunos crean, con Groucho, que los principios están para cambiarlos según convenga.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 24 de junio de 2008.

jueves, 19 de junio de 2008

El cementerio inglés de Riotinto agoniza

La necrópolis, propiedad de la comisión liquidadora de la mina, sufre vandalismo y abandono

«...Se deja atrás el cementerio protestante, bien cuidado, cubierto de sepulcros por la santa placidez del mármol y en nada parecido a la miseria de la necrópolis católica». La hermosa descripción que sobre el camposanto inglés de Riotinto dejara escrita Concha Espina en su novela El metal de los muertos (1920) es ya pura ciencia ficción. Tanta, que se han invertido los términos al completo. La destrucción y la miseria están hoy en el cementerio británico. Y aquella santa placidez, en el católico.
El tiempo, el vandalismo y sobre todo, el abandono de la minería en la zona –con el legado británico perdido en un mar de propietarios y juzgados–, han provocado que lo que en un tiempo fuera un entrañable y exótico lugar para el recuerdo de los protestantes fallecidos en la zona sea hoy casi el escenario de una batalla: tumbas profanadas, lápidas partidas y saqueadas y crecimiento descontrolado de la flora.

El cementerio, creado a finales del siglo XIX (su primera referencia aparece en 1878) por la colonia inglesa que compró las minas de Riotinto, está ahora en un limbo judicial que ha provocado su total abandono, lo que ha propiciado la proliferación de actos vandálicos y las consiguientes quejas de personas que tienen a familiares enterrados allí. Se pierde, además, un indudable punto de atractivo turístico, una actividad con la que se pretende reactivar la degradada Cuenca Minera de la provincia.
En concreto, la necrópolis protestante –con 47 tumbas, según los datos del investigador José Alberto Fernández Rentero– es en la actualidad propiedad de la comisión liquidadora que la Justicia creó para la correcta venta de las propiedades de las Minas de Riotinto tras su quiebra. Pero han pasado los años y muy pocos se han acordado del correcto mantenimiento de un camposanto en el que están enterrados personajes tan importantes como el último general manager de la Riotinto Company Limited, Charles Robert Julian, encargado de cederla a manos españolas; el prestigioso doctor Robert Russel Ross, que llevó hasta la localidad los avances médicos más destacados que se estaban implantando a principios del siglo XX en el Reino Unido.
Con todo, la intención del Ayuntamiento de la localidad es la de hacerse con la propiedad del cementerio inglés para restaurarlo y poder hacerlo incluso visitable. La presencia inglesa, una de las señas de identidad de Minas de Riotinto, cobraría un nuevo valor. Es lo que piensa el concejal de Turismo, Pedro Gallego, quien explica que el Consistorio está en negociaciones con la comisión liquidadora para que el Ayuntamiento pueda hacerse con al titularidad de la necrópolis. «Es fundamental para poder pedir cualquier tipo de subvención para arreglarlo», argumenta. Esta misma operación se está haciendo también con Endesa, propietaria de la hermosa capilla anglicana del barrio de Bellavista, donde vivía el staff de la todopoderosa Compañía en sus casas de estilo victoriano.

El Ayuntamiento de Minas de Riotinto entiende que, aunque la propiedad real no les corresponde, la «moral» es de los «vecinos del pueblo», en palabras de Gallego, quien entiende que «no puede consentirse más» el estado en el que se encuentra un lugar que puede ser «clave» para el fomento turístico de la zona, al margen del daño sentimental que se está provocando en aquellas personas con familiares allí enterrados.
Más allá de las tumbas, el cementerio –pegado a Bellavista– ha perdido ya la espectacular reja que lo protegía y cerraba, una cancela de forja de dos hojas terminadas en puntas de lanza, obra del arquitecto jefe de la Compañía, el «prolijo» Alan Brace, como explica Fernández Rentero, quien están realizando un interesante trabajo de investigación acerca de un camposanto cuya arquitectura él define como «poco victoriana, pero muy del gusto inglés, con sus graníticas cruces celtas con intrincados diseños de lacería propia de la novela gótica tan descontextualizados en este luminoso enclave del suroeste español».
Las sobrecogedoras tumbas de los niños ingleses que fallecían (una minoría en comparación con los españoles) también han sufrido el vandalismo y el abandono. Enterrados con lápidas en forma de corazón, han perdido los trozos de piedras blancas o las conchas que, en señal de pureza, rodeaban las tumbas. Nada se ha respetado en este abandono de un patrimonio histórico tan valioso como peculiar.



Ingleses, escoceses, alemanes y españoles convertidos
El cementerio inglés de Riotinto encierra historias que hablan a las claras de las peculiaridades de una época, la de la presencia británica en las minas, en la que todo estaba por descubrir en un país tremendamente atrasado. José Alberto Fernández Rentero se detiene en su investigación en el caso de los españoles que se convirtieron al protestantismo enterrados en la necrópolis del barrio de Bellavista.
«La existencia de españoles en un cementerio protestante resulta, cuanto menos, curiosa si atendemos a las características sociopolíticas y religiosas del momento y del papel preponderante del catolicismo en aquella España inculta y atrasada», explica
Fernández Rentero recuerda que es David Avery en su famoso trabajo sobre la historia de estas minas, Nunca en el cumpleaños de la Reina Victoria (1974), quien estudia un fenómeno que en iotinto tuvo un origen «igualmente curioso», ya que la construcción de la iglesia anglicana, así como el ceremonial que utilizaba el credo protestante parece que actuaron como un captador inicial, una atracción mezcla de novedad, curiosidad y esnobismo». Este investigador cree que en los conversos españoles había también una «animadversión al catolicismo más rancio de la época y un sutil deseo de aperturismo».
De hecho, aunque la Compañía inicialmente fuera abierta a las conversiones nativas, se fue mostrando gradualmente reacia a ellas. El motivo que explica Fernández Rentero parece lógico: evitar tener con las autoridades locales, sobre todo con la Iglesia, un «auténtico conflicto diplomático de hondas repercusiones políticas».
Según consta en los archivos de la Compañía, consultados por Fernández Rentero, se localizan en el cementerio inglés a fecha de 1954 47 sepulturas, repartidas entre fallecidos de diferentes nacionalidades: ingleses, escoceses, alemanes y los referidos españoles convertido al protestantismo. El archivo ofrece también información sobre su localización exacta, los nombres de sus ocupantes, e incluso el tamaño normativo que se establece para el enterramiento medio.
Entre todas ellas destaca por la importancia del personaje la del médico Robert Russel Ross, jefe del departamento médico y del hospital minero de la Compañía. Sus esfuerzos en planes preventivos para controlar enfermedades infecciosas comunes en la zona como el paludismo, la viruela o la malaria le llevaron a ser nombrado Hijo Predilecto de Riotinto en 1921. Además, recibió la visita de Santiago Ramón y Cajal para ver el pionero equipo de Rayos-X que había instalado en el hospital.
La descripción que hace Avery del cementerio es ya también historia: «Un pequeño jardín, cerrado alrededor con altas paredes cubiertas de plantas, lleno de floridos arbustos... un lugar de melancólica belleza».
Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 19 de junio de 2008. (Imágenes: José Alberto Fernández Rentero).

martes, 17 de junio de 2008

El hacedor

¿Qué hace Juan Antonio Millán cuando no hace nada? La respuesta es simple: Nada, porque siempre anda en algo. Esta anti-nada, esta suerte de horror vacui que padece el alcalde de Cartaya, ha sufrido días atrás una nueva vuelta de tuerca, como si aún fuese posible rizar más el rizo de la ocupación: nunca el apelativo de comandante le vino tan bien el regidor del PSOE, siempre dispuesto a conseguir lo que se le mete entre ceja y ceja, a pesar de su sorprendente marcha atrás con el centro de menores que quería instalar en la localidad. En esta ocasión, el alcalde se la ha jugado a su propio partido, precisamente muy pocos días después de que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, le otorgara la Medalla al Mérito del Transporte Terrestre como secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios del Transporte (Fenadismer) que es Millán, que acumula cargos como otros libros en un estante. Mientras su compañera de partido le colocaba la condecoración en el pecho, en la cabeza del comandante ya se rumiaba el paro salvaje que ha tenido paralizado al país durante una semana. ¡Qué tipo, Millán! ¡Cuántas pieles distintas a cual más dura! El surrealismo de la situación alcanza cotas insuperables: un alcalde del PSOE, uno de los principales bastiones del socialismo onubense, organiza al Gobierno del PSOE una huelga que nunca fue huelga pero que consiguió alarmar a la población de tal manera que se abastecía como si una nueva guerra civil estuviera a punto de estallar. ¡Qué tipo, Millán! Hacedor en la sombra de uno de los mayores embrollos en los que se ha visto metido el Ejecutivo de –se supone– su colega Zapatero. Controlar a los transportistas autónomos desde Cartaya para tener atemorizado a medio país es un logro que quedará en los anales. Hacerlo un mes después de que ese mismo Gobierno contra el que se levanta le premie por su trabajo en el sector del transporte quedará incluido ya para siempre en las páginas de oro del cinismo patrio. ¡Qué tipo, Millán! Autovías cortadas, supermercados vacíos, gasolineras sin suministro, población atemorizada por media España. Como es natural, nadie del PSOE de Huelva le llamará la atención a este empresario del camión-alcalde tan rebelde, a este personaje que ha llegado a ocupar más de 20 cargos distintos en ayuntamientos, diputaciones, federaciones de municipios, asociaciones, cooperativas y otras leches. Las bofetadas duelen, pero más escuecen si te las da un amigo. Cartaya es el particular reino de taifa desde el que este reyezuelo hace y deshace a su antojo. ¡Qué tipo, Millán!

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 17 de junio de 2008.

lunes, 16 de junio de 2008

JT y lo excesivo

Me estoy empezando a hartar de José Tomás, un torero al que siempre defendí. Pero todo tiene un límite. Y lo que se está diciendo y escribiendo sobre el torero hace tiempo que sobrepasó los límites tolerables. La última tontería la ha escrito Fernando Sánchez-Dragó: "El toro no cogió a José Tomás; fue José Tomás el que cogió al toro". O sea, la repanocha. Similar a lo que le dijo Gabriel García Márquez a El Lebrijano, quien todavía le saca partido a la frasecita: "Cuando Lebrijano canta, se moja el agua".

A José Tomás lo admiré en su primer época, antes de su retirada. Este segundo José Tomás (que puede terminar convertido en un puro fenómeno mediático) tiene dos caras: el torero y el suicida. Al primero le dieron 4 orejas en Madrid hace unos días; al segundo, tres ayer en la misma plaza. A las gentes les gusta mucho más el segundo. Sangre y muerte.

Excelentes críticas de Javier Villán en El Mundo y Antonio Lorca en El País. Creo que lo ponen en su sitio, que por otra parte sigue estando muy alto.

martes, 10 de junio de 2008

Mujeres y mujeras

Confieso que no puedo más. O sea, que me rindo. El 'gililenguaje' ha triunfado sobre una de las principales y básicas reglas de la lengua: la economía. Me ha resultado enternecedor ver a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, hablar de "los miembros y las miembras" de no sé qué comisión. Nada se puede hacer ante esto. El fenómeno es ya imparable e irreversible.
De más está que te hartes de explicar que en castellano el género no marcado (o sea, el neutro) es el masculino. Que puedes decir "los niños de un colegio" para referirte, obviamente, a los niños y a las niñas. Que cuando dices "los abogados de España" estás hablando también de las abogadas. Que puedes, en fin, no hablar como un capullo. Ni una capulla.

Por cierto, que aplicando la absurda teoría de los defensores del 'gililenguaje' habría que decir 'mujera' y no 'mujer'. Es lo que nos queda por ver. Pero todo se andará...

lunes, 9 de junio de 2008

Plaza y vida

El viejo mercado de abastos de Valverde –la plaza- pronto será historia. Tuve un profesor en la facultad, el poeta Rafael de Cózar, que aseguraba que la mejor forma de conocer a la sociedades y a los pueblos era visitando sus cementerios. No le faltaba razón. Comparen sino la austeridad tremenda de los camposantos norteamericanos y sus cruces colocaditas con el jolgorio del sevillano de San Fernando un 1 de noviembre, que es lo más parecido a una feria que pueda encontrarse. ¡De qué distintas maneras se enfrentan los hombres a la muerte! La plaza, que es una forma de enfrentarse a diario con la vida en su hermosa cotidianeidad, dejará en breve de pertenecernos tal y como la conocemos. Seguirá viva en nuestra memoria, que es donde aseguran residen las cosas verdaderas, pero será arrasada por el progreso. También los mercados son una buena forma de acercarse a las culturas locales, a la idiosincrasia de cada lugar, a las especiales particularidades de los rincones de este mundo. Supongo que como muchos valverdeños siento especialmente la desaparición de la vieja plaza, pero no seré yo quien ponga trabas a las mejoras y al avance natural de la cosas. Era lo que querían y reclamaban los tenderos e imagino que era lo que deseaban los ciudadanos como un paso inevitable del devenir de los años. El presente exige nuevas y mejores condiciones. Aunque un día no lejano habrá que preguntarse qué nos va quedando de los que fuimos. La transformación de la plaza es ya símbolo del cambio del viejo Valverde, que se resiste con gusto (al menos, el mío) a ir entrando en la modernidad por la modernidad. El mercado cambia como cambian tantas cosas. Ni más ni menos. Pero algunas se sienten más que otras. El proceso de arreglo de estas viejas plazas de abasto tan entrañables y tan enraizadas en la sociedad en la que se inscriben no es asunto exclusivo de Valverde. En Huelva, el tradicional mercado del Carmen (perderse por sus calles sigue siendo todo un espectáculo) pronto será historia también para trasladarse a un moderno y extraño edificio colorista con aparcamiento encima, como será el de aquí. En Valverde, al menos, se conservará el lugar, aunque la nueva construcción no tenga nada que ver con la que conocemos. El concurso público (que con el PSOE de por medio siempre los gana el constructor Francisco Urbano, autor del parking del parque) ya está abierto. La última mañana de la antigua plaza está cada vez más cerca. Valverde, no cabe duda, seguirá respirando por su nuevo mercado. Pero lo hará de otra forma. Ni mejor ni peor. Distinta.

Publicado en Facanías en junio de 2008.

miércoles, 4 de junio de 2008

Galería de manos como almas

El fotógrafo Moisés Fernández Acosta expone en Gibraléon sus singulares retratos

Manos como almas, manos que abren las puertas de la esencia del ser humano, manos que muestran los rasgos más escondidos, manos que hablan. El fotógrafo onubense Moisés Fernández Acosta, Moi, ha dejado en blanco y negro toda una galería de tipos humanos, una colección de emociones y sensaciones con un elemento común y vertebrador: las manos. El resultado puede verse desde mañana y hasta el 29 de junio en Gibraleón, donde expone unos Retratos de primera mano tan originales como espectaculares.
Todos los creadores tienen una obsesión, una fijación por medio de la cual llegan a catalizar su arte. La de Moi, queda claro, son las manos. Si otros se fijan en la boca o en los ojos, él lo hace en esos miembros que nos separan de los animales, como bien apunta Bernardo Romero en el texto de la exposición. «Las manos son muy comunicativas, todo el mundo expresa con ellas», explica el fotógrafo.

Con todo, lo que Moisés Fernández Acosta ha pretendido es crear una suerte de velo con ellas, un telón tras el cual se muestra al personaje en toda su dimensión profunda, en toda su tristeza o en toda su alegría, en toda su timidez o en todo su atrevimiento. De esta forma, se crean dos dimensiones: una formada por las manos, a modo de bienvenida y, otra, más real si cabe, más auténtica, que es la que ofrece el propio rostro del personaje retratado. «Al final, el espectador acabará fijándose en los rostros, por mucho que delante haya unas manos gigantes», asegura.
Este juego con las emociones le ha llevado a confeccionar una sólida exposición en la que queda atrapada la esencia vital de una treintena de personas relacionadas con la cultura madrileña, que es donde reside habitualmente Fernández Acosta. Actores como Micki Molina, Iván Rey o Frank Spano, cantantes como Olinga o músicos como Gibril conforman una galería de expresiones y sentimientos paralizados ya para la posteridad.



Moi, que es un excelente cazador de gestos, ha conseguido confeccionar un original conjunto gracias a un buscado equilibrio entre la técnica –que domina gracias al medio publicitario en el que trabaja habitualmente– y el mensaje, que es el territorio del artista. Esa simbiosis, ese haz y envés consiguen crear un todo en el que el personaje acaba desnudándose, mostrándose tal y como es. «He jugado con las reglas para ofrecer al espectador la mirada más sincera posible», afirma.


Con las manos que hablan Moisés Fernández Acosta propone, además, un desafío al espectador: ir más allá de la simple mirada de los miembros enormes para adentrarse en la esencia del retratado. «Eso es algo que tarde o temprano acaba ocurriendo», dice convencido. Esto es, que en un primer acercamiento la fuerza de las manos atrapa al que las mira. En un segundo, esa atracción se va diluyendo para trasladarse al rostro del retratado, que se erige finalmente en el protagonista absoluto de la fotografía. «Mi objetivo es que la fuerza de la imagen te obligue a no ver las manos, sino el gesto».

Moisés Fernández Acosta está convencido de que la fotografía es un lenguaje, que él domina con mucha mayor soltura que el verbal. Es su medio de expresión y de comunicación. Es, además, el lenguaje más potente que existe. «Hoy día no existe nada más fuerte que la imagen», reconoce. No hay más que ver las fotografías que ahora expone en Gibraleón para comprobarlo.
Moi está embarcado también en un proyecto muy ambicioso. Recorre España, Europa y Norteamérica en busca de artistas y creadores de Huelva que han necesitado buscar otros territorios para expresarse. Una cincuentena de rostros conformará una serie en la que estarán nombres y gestos como los de Santana, José Guevara, José Luis Gómez, Martirio, Arcángel, Pitingo, Antonio Cuadri o Lucas Macías, entre otros muchos.


Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 4 de junio de 2008.