martes, 25 de marzo de 2008

Azcona

--"El mundo en mi infancia era una naranja achatada por los polos y si la catabas ibas al infierno. En cambio, hoy, la simple lectura del periódico te puede provocar una inflamación de las meninges".

--"Empecé a leer los periódicos a los siete u ocho años. Desde entonces nunca me ha faltado en el desayuno una guerra, y en esas guerras siempre han salido perdiendo los que no tenían ningún motivo para hacerlas".

--"Sin el humor habríamos desaparecido hace siglos. El género humano se salva de la catástrofe porque es el único animal que puede ejercer el sentido del humor".

--"Hoy en día 80 años los cumple cualquiera".

--"No tengo ninguna habilidad para pasarlo bien en las fiestas: apenas llego a una me acorrala en un rincón un señor que no me deja ni alcanzar una copa mientras me cuenta su vida. Por eso no voy".

--"Comencé escribiendo versos de adolescente porque mi primer amor me produjo una versorrea incontenible".

--"Lo primero que entendí al entrar en el cine es que no tenía que tener amor propio. Estoy al servicio del director".

--"Yo trabajo por asociación. Me dicen la edad que tiene un personaje, si ha estudiado o no y entonces me siento a escribir y dice "Coño", pero no porque yo se lo haga decir, sino porque lo dice él. Yo no pienso. Si pienso, me da vértigo".
Rafael Azcona, el más grande guionista del cine español (El pisito, El verdugo, Plácido, La escopeta nacional, La vaquilla, ¡Ay, Carmela!, El bosque animado, El año de las luces, Belle Époque, La niña de tus ojos, La lengua de las mariposas), ha fallecido a los 81 años de edad.

1 comentario:

Bernardo Romero dijo...

Es curioso, pero leyendo los títulos últimos de Rafael Azcona, estás comprobando que el cine sin él, en España, en esta España de la subvención y tentetieso, el número de espectadores va a continuar bajando inmisericordemente. A ver cuando se enteran estos joiotontos, que no es mejor director, o guionista, o actor, quién es afecto al régimen y sabe hacer pasillos maravillosamente bien, quíen es diestro en el arte de la palmadita en la espalda o en el elogio desmesurado, quién se coloca una pegatina con el no a la guerra sólo si el aparato lo necesita para ganar unas elecciones, ni tampoco quién firma cartas de apoyo que no muestran sino la mediocridad del alma humana. Hacen sino, los que saben hacerlo, las personas libres, cultas y formadas, las personas felices de poder pensar libremente. Todo lo demás, nunca podrá hacer cine que emociones y que guste a quienes buscan belleza y emoción en cualquiera actividad artística. Agur.