martes, 21 de octubre de 2008

Causa general

En Huelva sabemos de fosas comunes. Demasiado. Ahí están los mapas que traen estos días los periódicos para comprobar que nuestra provincia está llena de cadáveres cuya muerte oficial se justificaba en los partes de defunción con el ridículo eufemismo de «herida por arma de fuego», como si al asesinado se le hubiera disparado la escopeta mientras la limpiaba o le hubieran pegado un tiro por error en una montería. La cacería fue muy otra: los conejos –ahí está la magistral La caza (1966) de Carlos Saura para quien quiera verla– no eran más que personas como usted y como yo que se vieron envueltas en odios que en demasiadas ocasiones trascendían el carácter político, aunque esos fueran los principales. Lo he dicho en más de una ocasión, pero habrá que repetirlo: no entiendo qué hay de malo en que un hijo o un nieto busque a su padre o a su abuelo cuyo cadáver yace todavía tirado en cualquier cuneta de nuestra sangrienta geografía. No entiendo, ya digo, qué tipo de herida puede abrir un hecho tan íntimo y primario como ése, que, en cualquier caso, ayudará a cerrar las de esas familias que aún miran los campos con un ahogo de angustia ante la perdida inútil e injustificada de un familiar. Punto. Otra cosa es que se use este hecho para enjuiciar –como si no lo estuviera ya– al régimen franquista, tal que ha hecho el juez Baltasar Garzón. La Fiscalía –que cuando conviene es un ente judicial independiente y cuando no convierne, el Gobierno– le ha parado los pies en seco al magistrado advirtiéndole de que las causas generales no caben en la Constitución. El régimen de Franco abrió en 1940 un proceso denominado La Causa General Instruida por el Ministerio Fiscal sobre la Dominación Roja en España, conocida como Causa General a secas, que tuvo como objeto (hasta que concluyó en los años 60) instruir los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la dominación roja contra personas y bienes. Ahora lo que se investiga es la dominación azul, aunque sus principales actores hayan ya fallecido. España alcanzó la democracia de una manera consensuada haciendo –todos– un ejercicio de desmemoria que ha dado, viendo lo que disfrutamos hoy día, muy buenos resultados. Empeñarnos en poner al país de manera permanente ante el insoportable espejo de su historia es un ejercicio no sólo inútil, sino peligroso. La Justicia y el Estado tienen la obligación moral de ayudar a estas personas a encontrar a sus seres queridos víctimas de la represión durante y después de la Guerra Civil. Pero este deber no implica abrir otra Causa General, aunque un juez ande empecinado en pasar a la Historia por encima de cualquier lógica. Incluida, y sobre todo, de la judicial. Y más allá, de la que dicta el sentido común.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 21 de octubre de 2008.

6 comentarios:

Zapateiro dijo...

Garzón sabe de sobra que las causas generales no tienen cabida; sabe de sobra que los responsables de aquéllo están bien muertos; sabe que no es competencia de la Audiencia Nacional y demás, pero también sabe que, aunque parezca mentira, es necesario que se produzca un golpe de efecto para que esto deje de ser un tema dormido ya y que por fin se deje descansar en paz a aquéllos que aún no lo pueden hacer. Y nadie mejor que Garzón, con lo que le gusta un figureo, para abanderar algo así.

No hay que extrañarse, en mi humilde opinión. Sólo se trata de un golpe de efecto y él lo sabe.

Un beso.

Jesús Chacón dijo...

Andrés, como siempre metiendo el dedo en la llaga y abriendo debates interesantes y necesarios. Éste es un tema que a mí me resulta muy complicado porque veo que entran en juego la objetividad y el sentimentalismo.

Para que todo siga su curso hay que echar mano de la objetividad y ésta nos dice que no cabe abrir una Causa General ni penalizar a estas alturas ciertos hechos, es decir, abrir un proceso con acusados que la mayoría ya están muertos. Así que, parafraseando a Ortega con respecto a la República, "no es esto, no es esto". Además, después de la Constitución no vale ahora venir con saltos de pértiga.

Pero ocurren cosas en otro plano. Los fantasmas siguen ahí. Y van a seguir. Las almas en pena están en campos y cunetas. Si no hubieran ocurrido ciertas cosas... si los muertos de la guerra hubieran sido muertos en combate... Es cierto que hubo brutales asesinatos en la retaguardia de ambos bandos, pero nada más terminar la guerra, los vencidos empezaron a engrasar la maquinaria de la honra a sus caídos. Los demás aún siguen abandonados. Y no se trata sólo de un desdén hacia ellos por parte del franquismo y un olvido fruto de la amnesia pactada de la Transición. En el franquismo hubo ensañamiento incluso con la guerra ya ganada. Como bien decías tú, Andrés, en Huelva sabemos bien de fosas comunes, y también –aunque esto quizá se sepa menos– de delaciones vergonzosas. Hubo un párroco en la iglesia de San Pedro, cuyo nombre no voy a decir aquí, que había hecho listas de masones desde antes de la guerra y cuando ésta acabó se convirtió en una de las principales fuentes de información del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo presidido por el general Saliquet. Este tribunal se ensañó en 1941 con gente que a lo mejor había entrado en los años veinte y que luego no siguó pagando cuotas y fue expulsado del taller o la logia que fuera. El párroco, ppor los servicios prestados, ascendió a presbítero de la catedral de La Merced.

Quiero decir que, sí, un país como es la España actual, no puede permitirse el lujo de volver a las andadas, tan bien como estamos ya. Pero, ¿qué hacer con los fantasmas? Porque, como las cosas de meigas, haberlos háylos.

Anónimo dijo...

Coño con chacón,casi a escrito más que andresito.Hacia tiempo que no sabia nada de Jesus y espero que le vaya bien en todo.Saludos quillo,pero la prxima vez sé más breve.

Anónimo dijo...

Coño con chacón,casi a escrito más que andresito.Hacia tiempo que no sabia nada de Jesus y espero que le vaya bien en todo.Saludos quillo,pero la prxima vez sé más breve.

Anónimo dijo...

Como diría el mismo Andrés, ¿tú quién vienes siendo?

Andrés dijo...

Yo también tengo sentimientos muy encontrados al respecto, Jesús. Creo que el Estado tiene que ayudar en todo lo posible a los familiares a encontrar a sus víctimas, pero de ahí a abrir una Causa general contra el franquismo a estas alturas como ha hecho el Juez Campeador va un trecho demasiado largo. Como tú bien dices, ya sólo quedan fantasmas, que siguen asustando, pero son sólo eso, fantasmas.

Saludos