martes, 11 de noviembre de 2008

No molesten

El personal no va y, cuando lo hace, es como si no fuera. El absentismo en las cámaras de representación popular (Congreso, Senado, Parlamento andaluz) es un tema ya recurrente, que sale a la palestra cada cierto tiempo como un bucle melancólico y aburrido, como una carencia ya asumida de nuestra –como todas– imperfecta democracia. Personalmente, me da grima ver las cámaras vacías, con un señor dormido al fondo y otro en el lado opuesto leyendo distraído el periódico mientras un diputado cualquiera dice muy serio sus cosas en la tribuna. Los que han convertido la cosa pública en su profesión se defienden de muy diversas maneras. La más extendida es la que asegura que su trabajo no está en los escaños, sino en los despachos, que es donde se preparan las iniciativas que luego se debaten en los plenos. He ahí la madre del cordero, las iniciativas. Al menos en la provincia de Huelva algunos de nuestros representantes han batido el récord de ineficacia. Los datos están en las páginas webs de estos órganos, disponibles para el que quiera verlos. Hay congresistas y senadores onubenses que todavía no han presentado ni una sola iniciativa en lo que va de legislatura (más de medio año). Es el caso de Javier Barrero, José Oria o José Bella. Omito el nombre de José Cejudo, porque ha estado casi todo este tiempo de baja por enfermedad. La diputada nacional Fátima Aburto se ha ganado el sueldo un poco más y ha presentado una iniciativa. Como ya han podido comprobar, todos son del PSOE, pero a ver qué quieren que yo le haga. En las filas del PP de Huelva, Matías Conde tiene 76 iniciativas presentadas en el Senado; Juan Carlos Lagares, 62 en el Congreso; y Fátima Báñez, 26 en la misma cámara. Queda claro que cuando eres diputado o senador del mismo partido del que gobierna, se te quitan misteriosamente las ganas de preguntar. Todo se vuelve extrañamente de color de rosa y los problemas parecen esfumarse, aunque sigan ahí como siempre jamás, esperando a que alguien los resuelva. Queda dicho, o el personal no va o, cuando lo hace, es como si no fuera. Podría preguntarme ahora por qué la política crece en descrédito entre la población, pero no lo haré, porque es más que probable que, además, me llamen demagogo. El problema de fondo es común a otras democracias: el interés supremo es el partido, sea éste cual sea, y no los ciudadanos. Es decir, un político hace algo –como en todo, hay excepciones– única y exclusivamente si interesa al partido que se haga. Ahí están nuestros diputados y senadores mudos y ociosos. No presentan iniciativas porque Huelva haya dejado de necesitar modernizarse, sino para no molestar al partido. Ya ven lo fácil que es adulterar la democracia. Basta con servir ciegamente al que te coloca y no al que te vota.

Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 11 de noviembre de 2008.

4 comentarios:

Zapateiro dijo...

Llevas más razón que un santo.
Las sesiones en las cámaras son todo un espectáculo digno de parodia. Y, como bien dices, no es nada nuevo, ocurre desde hace mucho tiempo.
En cuanto a que los políticos actuales, en su mayoría, atienden a sus partidos, no a los ciudadanos, ya lo he cmentado también en mi blog en alguna ocasión. De ahí la calidad de nuestros políticos actuales. Es una verdadera vergüenza.

Un beso Andrés.

ercanito dijo...

¡Qué bueno el tratamiento! Cada día estás más en forma.
A veces me pregunto ¿En qué me representan a mí los políticos? Tienen hipotecas que pagan con el fondillo de la cartera, coches oficiales, trabajan en casa y no gastan gasoil, gozan de la mejor jubilación del país, cobran por cargo y por plenos, controlan las subidas de sus sueldos...
No se parece en nada a la burrada de hipoteca que soporto, pago un coche por que no tengo más remedio que tenerlo, cruzo un puente cargado de tráfico para ir a trabajar, y doy gracias por tener que ir al curro, mi jubilación será una inmensa mierda, sólo me suben el IPC, y tengo mil preocupaciones más que nada tedrán que ver, a buen seguro, con las de cualquier político del panorama onubense, andaluz o español. ¿Para qué sirve un voto entonces? Y luego nos conformamos con las fuentecillas, el arreglo de tramos de carreteras, y la limpieza pre-elecciones de las calles del barrio.

Monca Encendido dijo...

Todo lo que argumentas es cierto primo, da verdadera pena y es una falta grave de respeto a los que representan, a todos nosotros. Y el comportamiento de los que “acuden” al Parlamento, en líneas generales es de vergüenza. No puedo soportar, sea del partido que sea, cuando uno está hablando (por decir algo, eso es motivo de una entrada…) y se ve a los “opuestos” riéndose, pegando palmadas en sobre el tablero, o pegando pataletas, cuchicheando,... Es horroroso.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Una vez tengan el actade diputado o el escaño,a ellos le dá igual,cobraran lo mismo.Si nosotros faltamos al trabajo sin justificar,nos retienen el sueldo de ese dia,más laparte proporcional de la seguridad social y la parte proporcional de la paga extra de ese dia, o sea un verdedero pastón,por no decir que supone una falta grave.
De vergüenza que nos representen de esta manera.
¿Por que no los sancionan por las faltas de ssistencias injustificadas?.ESPAÑA VÁ BIEN.