martes, 28 de septiembre de 2010

Azar

El azar no se detiene. La moneda al aire llevó a que un hombre nacido hace 27 años en Nigeria –sin seguro ni carné a pesar de estar en busca y captura por falsificarlos, ya ven qué cosas– se cruzara en el camino de un tranquilo pelotón ciclista aficionado a las nueve de la mañana de un domingo de septiembre del año 2010. Ahora hay dos familias destrozadas y una ciudad asombrada por el rápido estar y no estar de una de sus cabezas más visibles, la del presidente de las empresas del Polo Químico, Gerardo Rojas, un hombre al que su muerte le ha llenado de elogios, lo cual dice mucho de su labor de más de 30 años, habida cuenta de que bien pudieran los que con él trabajaron haber callado y punto. Su compañero de trágico azar encontradizo, José Luis Márquez, un pintor de coches de los de siempre, ha muerto con su anonimato y toda su vida de trabajador y deportista a rastras. Asusta pensar lo absurdamente que puede uno dejar de estar en un mundo en el que casi todo viene a depender de la moneda al aire, del extraño azar que nos mueve y nos define: un grupo de amigos que queda para hacer deporte, un coche que se cruza en su camino y en sus vidas, un tipo que iba más rápido de la cuenta o que se quedó dormido, un quitamiedos que impidió que el vehículo se saliera de la calzada y no tocara, así, a los ciclistas. La vida en un hilo absurdo de casualidades y circunstancias sobrevenidas, de procesos espontáneos y aleatorios que vienen a convergir en un punto para provocar toda la gama de efectos situada entre la más absoluta de las felicidades y las más terrible de las tragedias. Un gesto, una decisión absurda, tiene el increíble poder de provocar un sucesión de acontecimientos camino de lo desconocido, de lo bueno o de lo malo. Nos domina la mariposa que bate las alas en Pekín y provoca un tornado en el Caribe. Las fuerzas y mecanismos que mueven el mundo y a los que en él viven juegan a la ruleta. Gerardo y José Luis se toparon con su destino una mañana de domingo de septiembre. Un destino absurdo traído por el azar y sus designios.

Publicado en El Mundo Huelva Noticias el 28 de septiembre de 2010.

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